Libertad
de expresión y vida privadaEl gran “gallito”
del periodismo en Chile
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El panel central de discusión
estuvo conformado por Carlos Peña, Alejandro Guillier
y María Elena Gronemeyer. |
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La
necesidad de ajustar las normas legales que regulan el ejercicio
periodístico y los conflictos éticos frente a la vulneración
de la vida privada fueron los principales temas de discusión
en la charla “Libertad de expresión y el ámbito
de la privacidad: debate ético”, que dio inicio al
seminario sobre periodismo, que se realiza este 1 y 2 de julio en
Casa Central.
El
despliegue noticioso en torno a hechos de índole privado
y la proliferación de las cámaras ocultas en programas
periodísticos y noticiarios no sólo ha remecido al
público en general por sus denuncias, sino que ha generado
profundos debates éticos en torno a la labor periodística.
Pero sobre todo, se ha hecho hincapié en la necesidad de
distinguir cuándo se está frente a una información
de carácter privado legítima y necesariamente publicable,
en momentos en que se le exige a la prensa ejercer más que
nunca su rol fiscalizador.
Inspirada en este escenario se desarrolló la charla “Libertad
de expresión y el ámbito de la privacidad: debate
ético” y que dio el vamos al seminario “Radiografía
del Periodismo en Chile: presente y futuro”. Iniciativa conjunta
de los centros de estudiantes de periodismo de las tres principales
casas de estudio de la capital: Universidad de Chile, Santiago y
Católica de Chile; con el objeto de propiciar una discusión
abierta sobre los temas que atañen al periodismo de hoy y
que tiene como escenario la Casa Central de nuestra Institución.
El bloque contó con la participación del director
de prensa de Chilevisión y académico de nuestro Instituto,
Alejandro Guillier; la directora de la Escuela de Periodismo de
la Pontificia Universidad Católica, María Elena Gronemeyer
y el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales,
Carlos Peña.
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“Aunque sea una vez en la vida,
hay que dejar la moralina y romper las leyes, porque
este país lo necesita hoy”. Alejandro
Guilier |
En
la oportunidad, Guillier señaló que Chile ha experimentado
grandes cambios en las últimas dos décadas. A juicio
del periodista, el fenómeno a la luz de una seguidilla de
revelaciones, como el caso de sobresueldos a parlamentarios y el
caso MOP-GATE, dan cuenta de “un país que se está
sincerando consigo mismo y en el que a la corrupción se le
empieza a llamar corrupción”. “Lo que está
ocurriendo hoy es una etapa de ‘sinceramiento’ en que
los medios ya no pueden ser controlados por los agentes tradicionales
de poder”, explicó.
El hombre más creíble de los noticieros y actual presidente
del Colegio de Periodistas planteó además que la legislación
que rige el trabajo periodístico mantiene múltiples
restricciones que impiden un ejercicio pleno de la profesión.
“Si lo que se le pide a la prensa es que muestre al Chile
de hoy, esta ley de prensa no lo va a permitir”.
Para Gronemeyer, el desafío de los medios de comunicación
ante la decisión de publicar o no un hecho privado, conlleva
a reflexionar no sólo por el tema que se dará a conocer,
sino por la razones que justifican hacerlo público. “Se
debe definir los modos y las consecuencias de difundir un hecho
privado. Es más, meditar el porqué poner (un determinado
acto privado) en pauta (...) La ética nos obliga a preocuparnos
de todas las dimensiones y principios que están operando”.
Para la profesional, uno de los factores determinantes al momento
de hacer pública una información de carácter
privado es el consentimiento de la persona aludida. “No se
trata de que todos los hechos privados no son publicables. El punto
está en que yo respete las condiciones que debo cumplir cuando
difundo ese tipo de información”.
Gronemeyer subraya, que aún en casos en que las informaciones
estén autorizadas, lo que debe primar es el criterio periodístico.
“El consentimiento es una posibilidad, pero hay que tener
ojo que no sea movido por el interés de publicidad o beneficio
personal. En definitiva, lo que debe primar es un fin periodístico
que lo avale”.
Los resquemores de lo “escondido”
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Las cámaras escondidas denotan
falta de creatividad y esfuerzo, porque es muy fácil
montar una cámara, señaló
la académica Mª Elena Gronemeyer |
Aprovechando
la asistencia de Alejandro Guillier -quien autorizó en noviembre
pasado la exhibición del resultado de una conversación
grabada con cámara oculta en la oficina del juez Daniel Calvo,
y cuyo efecto fue la marginación del magistrado del caso
Spiniak- se consultó a los panelistas acerca de la legitimidad
de esta herramienta en el periodismo actual.
“Yo soy partidario de las cámaras ocultas en hechos
excepcionales, no existiendo otro documento mejor”, opinó
Guillier. Pero, respecto a la proliferación de esta modalidad,
el periodista se muestra desconfiado. “Cuidado. Se está
tendiendo a confundir periodismo de investigación con una
técnica particular. Hay programas que se están haciendo
en torno a las cámaras ocultas, por lo que esto se está
volviendo un show”.
La directora de la Escuela de Periodismo de la PUC afirmó
que “en un contexto democrático, el uso de esta herramienta
se justifica en pocas ocasiones”. A su juicio, “el aumento
en el uso de este tipo de prácticas genera consecuencias
que radican en la pérdida de la credibilidad del ejercicio
periodístico”.
Sin embargo, la periodista plantea excepciones a la regla, en caso
de investigaciones de interés público en que la única
vía para continuar con la investigación y llevarla
a buen término sea el uso de cámaras ocultas. Ante
este tipo de situaciones, señala, dicha práctica constituiría
“el mal menor”.
Los límites de la privacidad
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Los presidentes de los centros
de estudiantes de la Universidad Católica, María
José Bello; de la Universidad de Santiago, Jorge
Arellano; y de la Universidad de Chile, César Contreras. |
“Desde
la tradición legal en un estado de derecho, los periodistas
tienen la facultad de indagar en todo aquello que ataña a
la ciudadanía. Por lo tanto, hay que dilucidar cuándo
un hecho le concierne a la sociedad y cómo decidir cuando
un acto privado es de interés público”, explicó
el abogado Carlos Peña.
El profesional explicó los tres criterios jurídicos
de diferenciación entre esfera privada y esfera pública
de acuerdo a la legislación vigente. En primer término,
aludió a un criterio espacial. “Depende del lugar dónde
se realicen los actos y que radica en entender que lo privado es
una extensión de la propiedad” (una casa particular,
por ejemplo).
A continuación se refirió al enfoque que atiende a
los intereses que resultan afectados como consecuencia del acto.
Al respecto, señaló que “un acto se vuelve público,
si éste compromete o lesiona los derechos de terceras personas
que no consienten”.
El tercer aspecto, sostiene el jurista, apunta a que lo público
o privado no depende del lugar donde se ejecute una acción
ni los derechos que se ven afectados. Éste, derivaría
“de la índole del acto en cuestión, es decir
de la naturaleza propia del acto. Este criterio de publicidad entiende
que todo acto relativo a la comunidad política que no se
quiere hacer público es injusto”, explicó.
En representación de los 3 centros de estudiantes de periodismo
que organizan el seminario, Javiera Olivares (UC) indicó
que el objetivo del encuentro es propiciar el debate y la reflexión
en torno a una actividad que se ha convertido en una de las más
importantes de la actualidad.
Texto:
Ana Yáñez
Fotos: Wilson Arancibia |
Viernes
02 de julio, 2004 |
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