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Jaime Dinamarca, gerente medioambiental de SOFOFA
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El entusiasmo empresarial
No todos tienen una posición
escéptica respecto de la manipulación genética. Para
los empresarios, la transgenia es una herramienta muy útil y atractiva,
que esperan tenga mayor desarrollo en el futuro.
Para ellos, Chile ha tenido una posición
conservadora respecto de la manipulación genética.
Jaime Dinamarca, gerente medio ambiental
de la Sociedad
de Fomento Fabril (SOFOFA), sostiene que el gobierno chileno no se
ha pronunciado oficialmente sobre una política biotecnológica,
e incluso que el reglamento existente es ambiguo
y poco claro.
Dinamarca integró la Comisión por el Desarrollo Biotecnológico,
organismo gubernamental que trabajó durante casi dos años
en un informe acerca de los beneficios y riesgos del desarrollo biotecnológico
en Chile. Para el vocero de los empresarios, el
gobierno ha implementado medidas regresivas. "No hay fundamento
científico para ello. En ninguna parte del
mundo se ha encontrado evidencia empírica de que los alimentos
biotecnológicos puedan ser un riesgo para la salud",
señaló.
Según Dinamarca, cada alimento manipulado
biotecnológicamente ha pasado por lo menos diez años de
pruebas y estudios antes de ser autorizado. Por lo tanto, los temores
y sospechas en torno a los transgénicos no estarían fundamentados.
La posición de la SOFOFA es que, a través de la Comisión
por el Desarrollo Biotecnológico, el gobierno fije una política
nacional clara respecto de la transgénesis. Sin ésta, el
sector empresarial prevé un futuro muy complicado para la economía
chilena.
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