Ley de la cultura,
integración nacional y aumento de capitales
Al
rescate de nuestra identidad cultural
La nueva
legislación contempla una serie de elementos que beneficiarán
en gran medida a los artistas y acercarán a la sociedad al
mundo cultural
El codiciado
Fondart: desde 1992, hay quienes se lo han ganado en muchas oportunidades,
otros que han postulado las mismas veces sin tener jamás
una opción.
Por
David Azócar y Francisca de la Vega.
Con
siete años de estudio en la Universidad de Chile entre ellos
un postgrado en fotografía, Rosa Miranda declara que en este
país no se puede vivir del arte. Su destino y el de mucho
de otros artistas debería cambiar gracias a la Ley de la
Cultura. Con esta disposición los profesionales en teatro,
artes visuales, música, danza y el campo audiovisual tendrán
un reconocimiento oficial, ya no sólo por sus espectadores
sino por el Estado. Según declaró el actor nacional
Pablo Scharwz a Con Tinta Negra (CTN) "nos va a dar dignidad".
Miranda ha postulando
en tres proyectos al Fondo Nacional para el Desarrollo de las Artes
(Fondart) de los cuales ganó dos, siendo coproductora. Cuenta
a CTN que por ser ella la autora principal del proyecto fallido,
en el cual sólo necesitaba seis millones de pesos, no lo
consiguió. Este dinero estaba destinado a completar su montaje
que incluso contaba con más de la mitad del capital otorgado
por privados. Con esto sugiere que en el Fondart las platas se mueven
por "pitutos".
El bolsillo
del Estado
El origen de
los fondos que financian los proyectos artísticos de este
país para la mayoría de los participantes es desconocido
es un misterio, pero en realidad no les importa, sólo les
preocupa conseguir el dinero y se conforman con la típica
respuesta: son fondos públicos.
Para destinar
y administrar los recursos están las Secretaría Regional
Ministerial (Seremi) del Ministerio de Educación (Mineduc).
Al año se reciben cerca de 830 proyectos, sólo en
la Región Metropolitana de los cuales 52 reciben el dinero.
Estás cifras evidencian que el pueblo necesita cultura y
no hay medios. Sin mencionar que la tercera parte del presupuesto
nacional se queda en Santiago y el resto se reparte en las otras
regiones.
Entre los elementos del Consejo Nacional de la Cultura se cuenta
con un Fondo de Desarrollo Cultural que reemplazará al Fondart
y que en teoría otorgará más recursos. Además
se pretende organizar al Consejo por regiones lo que descentralizará
el poder económico de la capital.
Cientos de proyectos
se lanzan cada año para conseguir el ansiado Fondart, pero
¿cuál es el criterio de selección? Obras como
las de Antonio Becerro y su renombrada exposición de perros
muertos hoy en día fueron apoyadas por la entidad con dineros
fiscales. Qué es lo que se necesita para obtener la plata:
¿irreverencia? En gustos no hay nada escrito y nadie es dueño
de la verdad ¿Por qué entonces en nuestro país
se financian obras como la casa de vidrio que ni siquiera llegó
a su fin, en vez de destinar esa plata para aminorar los costos,
por ejemplo, de una obra de teatro y permitir que la gente tenga
acceso al arte?
Otra obra que
puso en jaque el discernimiento de la entidad estatal fue la inhiesta
figura fálica de Machalí. Cómo es posible que
se destinaran fondos para construirla y al segundo día de
existencia haya sido "censurada" por atentar contra la
moral y las buenas costumbres. Caben las preguntas ¿cómo
es posible tal derroche? ¿Alguna vez se pondrán de
acuerdo el Fondart y las autoridades?
Todos en un mismo saco
En el gobierno
de Eduardo Frei Ruiz-Tagle se presentó un proyecto de ley
de la cultura que aumentaba el financiamiento de las obras artísticas
con la creación de una Dirección Nacional de Cultura,
que tendría como finalidad unificar a todas las entidades
de distintas secretarías de gobierno para trabajar en torno
a un solo eje. Esta disposición, como muchas otras, quedó
descansando en el Congreso.
El
Presidente Lagos, dentro de su política gubernamental, rescató
este proyecto, pero modificándolo. Se pretende, ahora, crear
un Consejo Nacional de Cultura lo que permitirá mayor autonomía,
pero a la vez menos impositivo. Tendrá una directiva con
integrantes de la sociedad civil, personalidades del mundo cultural
y otros designados por el Presidente, pero aprobados por el Senado.
El director de esta entidad tendrá rango de ministro de Estado
para su mejor funcionamiento y relación con el gobierno,
dando así mayor transparencia ante la opinión pública.
Además tendrá como líneas de difusión
la creación artística; conservación patrimonial;
desarrollo cultural regional y de culturas originarias; industrias
culturales; y becas para artistas, creadores y administradores culturales.
Los organismos que pasarán a formar parte del Consejo son
las Divisiones de Extensión Cultural del Ministerio de Educación
y el Departamento de Cultura del Ministerio Secretaría General
de Gobierno. Del mismo modo, pasan a depender del Consejo la Dirección
de Bibliotecas, Archivos y Museos, el Consejo de Monumentos Nacionales,
el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, el Comité de
Donaciones Culturales y el Consejo de Calificación Cinematográfica.
Sólo
las divisiones de cultura del Mineduc y el departamento de la Secretaría
General de Gobierno formarán parte del citado proyecto, ya
no dependerán de sus predecesores, según señaló
a CTN Jorge Montealegre, Jefe de la División de Cultura de
la Seremi metropolitana. Sin embargo los otros organismos dependerán
de él, pero sin perder su autonomía. Esto significa
que toda la gente que trabaja en las Seremi cambiará sus
responsabilidades en función de la nueva entidad, a su vez
los fondos también serán entregados por el Consejo.
"Lo podemos lograr"
El proyecto
ha bailado en el Congreso entre ambas Cámaras. La suscitada
ausencia de los diputados a la votación para ingresar al
Parlamento, el 17 de julio conmocionó a la opinión
pública y gracias a la intervención del Presidente
y el lobby de sus ministros se logró que la moción
fuera aprobada por unanimidad en una segunda oportunidad, el primero
de agosto. "El Parlamento lo hizo para salvar su imagen, pero
igual benefició al país así que eso no importa",
declaró Schawrz a CTN.
Se espera que
esta ley sea aprobada a fines de septiembre con las modificaciones
antes de que el Congreso entre en su periodo extraordinario. Muchos
artistas tienen la esperanza de que la cultura tenga su ley y de
que alguna manera su trabajo sea reconocido oficialmente contando
con todos los beneficios, por ejemplo, de salud y previsión,
como todos los trabajadores.
Sin ir más
lejos gran parte de los artistas, muchos titulados en Universidades,
grandes intelectuales, están trabajando como taxistas, secretarias,
sin desmerecer ningún oficio, pero haciendo hincapié
que no están desempeñándose en lo que saben
y por lo que tanto lucharon. Según Miranda, "Sin un
Fondart estás perdido, para desarrollar tu arte necesitas
plata y no hay, la que hay se la llevan los mismos de siempre. Todo
es conveniencia".
Los artistas mientras tanto han encontrados medidas colectivas para
protegerse de alguna manera en cuanto a salud, los salarios y financiamientos
para sus propias producciones. Entre ellos está el gremio
de la danza, la plataforma audiovisual y muchos más, pero
el más visible de todos es el Sindicato de Actores (Sidarte)
que ha luchado por ganar espacio y ha estado presente como tantos
otros en las manifestaciones por conseguir la preciada legislación.
El nuevo proyecto
promete acabar con la discriminación, aumentar los fondos
para las nuevas creaciones culturales, hacer la elección
de estos más democrática y más accesible. Entregar
dignidad y el merecido respeto a los miles de artistas y creadores
de nuestra sociedad. Muchos sueños, como los de Rosa, pueden
ser realidad.
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