PORTADA
  
NÚMEROS ANTERIORES
  
QUIÉNES SOMOS
  
CONTACTO
  
DEPORTES

La temprana eliminación argentina del Mundial
La ilusión volvió al "corralito"

En medio de la prolongada crisis económica y social, todo un país se volcó hacia los televisores con la esperanza de que su selección le diera una alegría. El resultado fue lo contrario y todo lo que obtuvo la gente fue rabia y tristeza.

Según las encuestas, el más perjudicado sería el presidente Duhalde, ya que ahora la gente no tiene en que distraerse y volverá a exigir reivindicaciones económicas y sociales.

Por Carlos Castillo y Esteban Gómez


Casi al finalizar el partido contra Suecia, la amargura e impotencia consumían a los albicelestes. Desde el banco, Batistuta se tapaba la cara para no llorar. Adentro, el "Kily" González dejaba pasar una pelota hacia la línea de fondo y con ello se desvanecía la última oportunidad, ya que posteriormente vino el pitazo final y se desató la desazón colectiva; Verón en el suelo; Sorín llorando y Bielsa, pasmado. El entrenador no fue tan "loco" como para poner a Crespo y Batistuta juntos. Durante el segundo tiempo, agotó los cambios, pero no se atrevió a variar el esquema táctico. Al final, el D.T. trasandino fue tan mezquino con el fútbol, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) con Argentina, tanto así que dio la impresión de tener a sus jugadores en un "corralito".

En Argentina, mientras tanto, la reacción fue de tristeza generalizada. Antes de empezar el Mundial tenían muchas expectativas, creían que iban a ganar la copa basándose en un equipo de excelente calidad; la mayoría de sus jugadores participan en ligas europeas siendo figuras en sus respectivos equipos. Además, los entendidos los daban como grandes favoritos y, por último, existía una sorprendente coincidencia: en los dos campeonatos obtenidos (Argentina 78' y México 86') comenzaron jugando un 2 de junio, misma fecha que lo hicieron en la cita de Corea y Japón.

La diferencia fue que ahora no estaba Kempes, Luque o Maradona, y si bien esta generación era la mejor en mucho tiempo, no fue suficiente como para pasar a segunda fase. Argentina obtuvo cuatro puntos (una victoria, una derrota y un empate) que en otros mundiales los hubiese clasificado directamente o como mejor tercero. La campaña no fue un desastre, pero sí un fracaso, ya que toda Argentina soñaba con ser tricampeón.

Sin embargo, más allá del plano netamente deportivo, existen otras consecuencias de la eliminación. Por ejemplo, al observar cómo el gobierno argentino intentó usar a la selección para desviar la atención de los problemas internos del país. Esta era una estrategia que ya había dado buenos resultados en el Mundial de Argentina 78', donde la dictadura del general Rafael Videla supo aprovechar muy bien el gran desempeño del equipo trasandino y el posterior título para ocultar la violencia ejercida por su gobierno y las múltiples violaciones a los derechos humanos que cometía. Al mismo tiempo que el país vivía una gran crisis económica.

Veinticuatro años después, la vieja táctica iba bien encaminada; el día del partido contra Nigeria- denominado "duelo riesgo país" porque ambos poseen los índices más altos de este ranking- se decretó el sistema de pago en bonos para quienes tenían dinero en los bancos. Con esto, los argentinos no podrán retirar sus ahorros sino en forma de bonos canjeables en dinero dentro de cinco años o podrán optar a venderlos antes en un valor menor determinado por el mercado.

El gol de Gabriel Batistuta, que forjó la única victoria albiceleste en el mundial, hizo que la noticia pasase a segundo plano. Pero el suceso político más relevante durante el mundial fue la liberación de Domingo Cavallo el 7 de junio. Justo antes del partido contra Inglaterra. Para muchos, el ex ministro de Economía es el principal responsable de la agudización de la crisis argentina y, además, era procesado por presunto tráfico de armas hacia Ecuador y Croacia. Sin embargo la justicia lo absolvió por falta de méritos. Esta noticia también pasó casi inadvertida tras la tristeza y rabia que provocó la derrota por uno a cero contra Inglaterra. Así lo demuestra el testimonio de un argentino: "Con el Mundial estábamos distraídos (...). Yo me enteré como tres días después de la liberación de Cavallo."

Sin duda, la desviación de la atención de asuntos locales en pos de la participación de Argentina en el mundial de Corea y Japón estaba dando resultados para el gobierno de Eduardo Duhalde. Pero, con el empate a un gol con Suecia y la consecuente eliminación, no sólo se le vino la noche encima a Bielsa y a sus dirigidos, a todo un pueblo que soñaba con una copa que no acarician desde los tiempos del ya casi mítico Maradona sino que, por sobre todo, quien poco o nada tiene que ver con el fútbol: el Presidente. Sí, porque la gente piensa que la eliminación del mundial no afectará la situación política, pero, paradójicamente, si afectará la imagen o mejor dicho la confianza en el Jefe de Estado.

En el diario "Clarín" se publicó una encuesta en que el 78% de las personas sostiene que la eliminación afecta al Presidente Duhalde, según la interpretación del periódico esto se debe a que la gente va a estar menos entretenida. Luego del descalabro de la selección, los problemas económicos vuelven a ser el tema obligado de cada conversación y el mandatario es el responsable de hacer algo para que la situación cambie.

Vendedores de Cruces

"Si la selección argentina de fútbol salió 'devaluada' al no pasar a la segunda ronda del campeonato mundial de Corea-Japón 2002, su fracaso será una razón fuerte para que el peso descienda aún más rumbo al infierno y el país en su conjunto continúe cuesta abajo en la rodada." Esta reflexión no corresponde a un hincha argentino, tampoco a un político que se oponga a la gestión de Duhalde. No, aunque parezca increíble, es un fragmento de un estudio técnico del banco de inversión Goldman Sachs, que tiene como destinatario al mismísimo FMI.

El documento afirma que el fracaso de la escuadra albiceleste es una causa extraeconómica que puede empeorar los conflictos sociales. Especialmente en este momento en el cual el equipo liderado por Roberto Lavagna (ministro de Economía) tuvo que enfrentar un partido muchísimo más difícil que cualquiera de los que jugó Argentina en el "grupo de la muerte": conseguir una postergación en el vencimiento de una deuda por 1.000 millones de dólares con el FMI.

Sin embargo, esta victoria política conseguida en la Casa Blanca -el "Maracaná" de la política internacional- sólo le va a dar al país trasandino un respiro hasta fin de año, ya que si no logra reducir en forma considerable el gasto público entrará en "default" (cesación de pagos) con organismos multilaterales de crédito. Es decir, lo que en términos futbolísticos hizo el ministro Lavagna, fue reventar la pelota y pedir la hora.

Pero el impacto de la temprana eliminación del mundial no sólo tuvo consecuencias psicológicas en la economía, sino que significó la pérdida de muchos millones de dólares para las compañías que habían apostado a un éxito argentino. Una de las más perjudicadas fue la empresa de televisión satelital Direct TV, la cual previendo que el equipo iba a tener una buena actuación, decidió entregar los derechos de transmisión del mundial, de los cuales eran dueños, en forma gratuita, a la señal abierta de Argentina a cambio de publicidad. Sin embargo, con los malos resultados deportivos la sintonía de los partidos bajó a menos de la mitad.

Los auspiciadores directos de la selección, la petrolera Repsol YPF, Visa, la cerveza Quilmes y los supermercados Carrefour cortaron vínculos inmediatamente después del empate con Suecia. La publicidad para televisión relacionada con el equipo argentino tuvo un costo de 5 millones de dólares en las dos primeras semanas de mundial cuando el equipo de Bielsa se mantenía con vida. Posteriormente, la cifra llegó prácticamente a cero.

La marca de indumentaria deportiva Adidas lanzó al mercado 100.000 camisetas albicelestes a 20 dólares cada una. Sólo el 10% alcanzó a venderse. Pero no son los únicos que se van a quedar con mercadería acumulada: la cadena televisiva CableVisión sorteaba 60 pijamas cada vez que Argentina jugaba en la madrugada. Como sólo fueron 3 partidos se quedaron con 500 prendas y no saben que hacer con ellas.

Sin embargo, la situación es realmente dramática para los miles de comerciantes ambulantes que invirtieron sus últimos pesos en comprar mercadería relativa a la selección Argentina que no alcanzaron a vender. Algunos habían invertido casi 3.000 dólares que no tenían en poleras, cornetas y banderas. Luego del la eliminación un vendedor callejero de Buenos Aires dijo: "Ahora tenemos que vender cruces para que nos crucifiquemos todos".

No hay Bronca, hay pena

Probablemente después de la eliminación muchos pensaron que se iban a ver escenas tanto o más violentas que las vividas a fines del año pasado y a principios de este por el descontento social. Sin embargo pasó todo lo contrario: no ocurrió casi nada. El día después de la eliminación, 57 personas fueron detenidas en Córdoba tras provocar desórdenes en la vía pública. En Mar del Plata, otras seis fueron apresadas cuando intentaban saquear una sucursal bancaria. Poco, si consideramos la tradición de violencia en fútbol que tiene Argentina y las grandes esperanzas que se habían hecho en torno al tricampeonato.

El jubilado de 72 años, Carlos Alberto Di Tomasso da una explicación a la reacción el pueblo: "la gente ya está muerta, con todo lo que está pasando, ¿qué más puede pasar en este país?". El analista político Ricardo Rouvier coincide con esta apreciación. "La reacción ha sido mínima porque se vive 'un reflujo' del movimiento de protesta. Hay bronca, pero no cuerpo. La gente no pone el cuerpo en la queja, más bien hay un angustiarse más hacia adentro que hacia fuera". Y eso es exactamente lo que se vio después de la eliminación Argentina: llanto y no violencia.

Una de las consecuencias psicológicas producidas por la eliminación es el derrumbamiento de la moral social. Antes, los argentinos podrían haber dicho: "el país es un quilombo -un desastre-, pero vamos a ser campeones del mundo", ahora, en cambio la ilusión no está en ninguna parte. Roberto Pignataro, que trabaja en un quiosco con su padre, refleja el estado de resignación al decir "no tenemos suerte ni para el fútbol". De hecho, un 48 % cree que no hay un culpable de la eliminación, que son cosas del fútbol o de la mala suerte, mientras que un 45 % le echa la culpa al técnico Marcelo Bielsa y un 28% a los jugadores.

La mayoría de los argentinos cree que el Mundial concentraba mucho la atención y eso hacía hablar a casi todos, especialmente a los pobres, de corners, penales y goles perdidos, en lugar de desocupación, inseguridad y bajos salarios. De hecho, en la misma encuesta ocho de cada diez personas declararon que el Mundial las distraía.

Pero aunque esperanzados con levantar la copa que se llevó Brasil, tenían conciencia que este hecho no iba a mejorar al país, sino que lo más probable es que, de la misma forma que en el '78, fuera usado políticamente. Por eso es que, aunque tristes, reconocen que el más perjudicado con la rápida eliminación Argentina no es el pueblo, las víctimas son los políticos trasandinos.

En la página de internet diario "La Voz del Interior" de Córdoba se abrió un foro para que los lectores dieran sus opiniones en torno al papel de Argentina en Japón-Corea 2002. Una de ellas ilustra claramente la situación del país: "Realmente estoy contenta. Argentina y su fútbol perdieron ,y eso me alegra...porque perdió la droga que no deja ver la realidad en que está inmersa gran parte de los argentinos... y no hablo del corralito...y los que no pueden sacar su dinero...cosa que no deja de ser terrible. Hablo de los niños y hombres y mujeres que ya pasaban hambre, que no tienen como curarse, como sobrevivir, que no tienen quien hable por ellos...y el hambre y la enfermedad y la desolación. Ahora terminó la espera del trofeo; volvamos a la realidad, luchemos por nuestro país, su gente, su futuro. Eso vale mucho mas que un balón o cualquier icono millonario futbolístico santificado. Pensemos en ese niño que esta noche desearía tener un trozo de pan en su boca. ¡Ese partido es el que tenemos que ganar!"

Sin embargo, esta opinión no refleja lo que sienten los argentinos, ya que posteriormente aparecen publicados una cantidad considerable de réplicas que decían principalmente: "¡esta mina no sabe nada de fútbol...!"


Sitios de interés:

www.fifaworldcup.com
www.afa.org.ar

POLÍTICA

Políticos Fiscalizadores
Él fue, yo lo vi

La política comunicacional que duró dos días:
El que se arrepiente se salva
  

ECONOMÍA

Modificaciones legales que invitan a endeudarse
Neoliberalismo chileno: vivir en cuotas


  

INTERNACIONAL

Sostén de lucha de Bush y G-8
La flamante bandera del antiterrorismo

Gas de Bolivia por puerto de Chile:
Una apuesta económica y política

CULTURA

Exposición "Andy's Flora y Fauna"
Husmeando entre los hibiscos del Pop

Prensa chilena
Medios cerrados, caminos abiertos

Chile en pelotas
"You can leave your hat on"

  

SOCIEDAD

Sistema de ingreso a la Educación Superior
Parece que esta sí-es la prueba


Derechos humanos
Libertad y memoria: un desafío de país

  

DEPORTES



  

ENTREVISTA
Su director, la semana después de la última edición:
"Cierre del Metropolitano no fue un fracaso"