Modificaciones
legales invitan a endeudarse
Neoliberalismo
chileno: vivir en cuotas
Más
de cuatro millones de tarjetas de créditos circulan en nuestro
país. Consumidores deben 540 millones de dólares a
bancos, casas comerciales y otras entidades financieras.
Nueva
Ley Dicom permite obtener préstamos y, así, elevar
artificialmente el poder adquisitivo de las personas.
Por
Cristian Cabalín y Marco Braghetto
Cuando
la economía de Sudamérica vive una de sus tantas crisis,
debido a la inestabilidad de los mercados de Argentina y Brasil,
Chile se prepara para hacer frente al desbarajuste. Por eso, el
Gobierno y el Parlamento elaboraron dos nuevas legislaciones para
impulsar el consumo de las personas. Pues como señaló
el presidente de la Cámara de Comercio, Fernando Lihn, el
problema radica en "el régimen productivo, ya que no
hay dinero para comprar".
La primera de
estas normas se refiere a las modificaciones a la última
reforma de capitales del año pasado. Es decir, con la nueva
disposición las aseguradoras y administradoras de fondos
hipotecarios están facultadas desde mayo a prestar dinero.
Además, pueden emitir tarjetas de crédito previa autorización
del Banco Central. Este organismo debe fiscalizar que las instituciones
financieras tengan un capital de 200 mil Unidades de Fomento (UF).
Así,
estas entidades pueden poner "sus 360.000 millones de pesos
de patrimonio libre, como préstamos a los consumidores",
señaló el superintendente de Valores y Seguros, Alvaro
Clarke.
El mercado financiero
mueve unos 550 millones de dólares. Pero sólo el 8%
de estos recursos son destinados a créditos de consumo. Por
lo mismo, las autoridades han puesto énfasis en los préstamos
a las personas y a las pequeñas y medianas empresas. El ministro
de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, indicó que para elevar
la producción es necesario "un mayor poder adquisitivo
de las personas y así también aumenta el crecimiento
de la economía nacional".
La nueva regulación
exige una mayor competitividad entre las entidades financieras para
lograr la supremacía en los créditos de consumo. Mientras
"mayor sea la oferta, los favorecidos serán las personas",
aclaró Eyzaguirre.
No obstante,
bancos, aseguradoras y multitiendas recurren al Boletín de
Información Comercial para estudiar el cumplimiento financiero
de las personas. Si los consumidores están en los registros
como deudores no pueden obtener un préstamo. Por ende, fue
necesaria otra legislación para realmente promover el consumo.
Sin un aumento
sustancial de las demandas, la economía no crece. El producto
interno bruto de Chile se expandirá este año entre
2,5 y 3% según los expertos. Un registro óptimo en
medio de la crisis latinoamericana, pero muy alejado de la tasa
promedio de 7% que alcanzó el incremento del PIB en la década
de los años 90.
Nueva Ley
Dicom
Para
un millón 500 mil chilenos estar en los registros de Dicom
o de empresas de su mismo rubro significa casi un estigma. Considerando
lo anterior y la lenta reactivación económica del
país, el Parlamento elaboró una nueva normativa al
respecto.
La nueva ley
establece que los morosos por dos millones de pesos serán
borrados por una sola vez de los registros de Dicom, principal empresa
dedicada a distribuir información comercial en Chile. Además,
en el caso de los deudores históricos, el tiempo de permanencia
en el Boletín de Informaciones Comerciales (BIC) de la Cámara
de Comercio de Santiago fue reducido de tres a dos años.
Esto no representa
un "perdonazo". Por el contrario, las personas deberán
pagar sus deudas o nuevamente caerán en los registros de
Dicom. Los ingresos de esta empresa llegan a los 50 millones de
dólares anuales por aclaraciones de protestos, según
la Cámara de Comercio.
Dicom no es
la única distribuidora de información comercial. Existen
60 bases de datos en Chile que deberán ajustarse a las nuevas
disposiciones, "para evitar que las personas se sientan afectadas
y discriminadas por sus deudas", señaló el diputado
(PPD) Eugenio Tuma, promotor del proyecto de ley.
Sin embargo,
no sólo esta preocupación por la ciudadanía
convocó a los parlamentarios a votar a favor de la nueva
legislación. Porque al no aparecer en los registros de Dicom,
cerca de 500 mil chilenos aumentarán sus posibilidades de
obtener un crédito y así incrementar el consumo. Por
su parte, las pequeñas y medianas empresas podrán
repactar sus deudas e invertir en capital para elevar la producción.
Todo esto en beneficio de la esperada reactivación económica
del país.
De esta manera,
las autoridades efectúan un llamado a consumir para elevar
el crecimiento del país. No obstante, no consideran que el
chileno vive en un sobreendeudamiento histórico.
Un estudio de
la Cámara Nacional de Comercio indica que en Chile circulan
más de cuatro millones de tarjetas de crédito de grandes
tiendas y que sus poseedores enfrentan una deuda global de 540 millones
de dólares. Un síntoma que según el psiquiatra
del Instituto de Terapia Familiar, Andrés Castillo, revela
el cambio en los hábitos de consumo de la población.
Muchos chilenos "se han convertido en compradores compulsivos
que no planifican sus gastos", dijo Castillo a Con Tinta Negra.
Las deudas
y el consumista
Las
nuevas medidas adoptadas por las autoridades apuntan, claramente,
a reactivar la producción del país y un factor importante
para este incremento es el consumo de las personas. Aunque la mayoría
de los chilenos no posee ingresos para comprar al contado y lo hace
a plazo.
La nueva ley
Dicom y el aumento del dinero plástico, debido a que a las
aseguradoras están autorizadas a emitir tarjetas de crédito,
son un factor determinante en el endeudamiento de las personas,
pues "están sometidas a un sistema, que amplía
la oferta por tener cada día más", señaló
el psiquiatra.
Las deudas,
no obstante, no son un tema nuevo. En 1996, los chilenos adquirieron
compromisos financieros por cuatro millones de dólares. En
1997, un millón 470 mil hogares debían como promedio
850 mil pesos mensuales. La gran mayoría de éstos
pertenecía a los grupos socioeconómicos C1, C2 y C3,
con débitos que equivalían a seis veces el sueldo
de cada mes.
A pesar de estas cifras, todos los sectores políticos y económicos
convocan a la ciudadanía a comprar. Grandes tiendas, bancos,
aseguradoras, farmacias ofrecen disminución en las tasas
de interés para obtener créditos. Sin embargo, estos
gravámenes, que regula el Banco Central no se traducen en
beneficios directos para las personas, ya que las entidades financieras
tardan meses en traspasar las bajas a los consumidores.
No obstante,
para Felipe Brahm, gerente general de Transbank, el endeudamiento
es moderado, pues las ventas con "dinero plástico crecieron
sólo un 27% el año pasado".
Lo anterior
demuestra, sin embargo, que las deudas aumentan. En este sentido,
el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) indica que Chile es
el octavo país donde el endeudamiento es más generalizado.
Aunque precisa que las familias nacionales son capaces -en teoría-
de cumplir puntualmente con sus obligaciones financieras y sólo
el 2% de los chilenos no está en condiciones de pagar.
Este precepto
no se refleja en la realidad, pues el consumo a crédito de
los chilenos es evidente. El año pasado, las compras a plazo
superaron los 600 millones de dólares. Según el psiquiatra
Castillo, el sobreendeudamiento está asociado a la neurosis,
ya que se comienza a "consumir para llenar un vacío
existencial donde se busca por fuera lo que no se tiene dentro y
no hay un control sobre el gasto". Pero enfatiza que en casos
muy extremos se relaciona con brotes sicóticos que desconectan
a la persona de la realidad.
La píldora
del día antes
Además,
el endeudamiento se relaciona en algunos casos con la depresión.
Por lo mismo, científicos estadounidenses de la Universidad
de Standford de California desarrollaron una píldora contra
la fiebre consumista. El nuevo medicamento hace aumentar en el cerebro
las cantidades de serotonina, sustancia estimulante que actúa
en los cambios de ánimo. En Estados Unidos, 15 millones de
personas sufren la necesidad enfermiza de comprar. De ellas, el
80% son mujeres.
Y como la principal
potencia capitalista del mundo es el modelo a seguir por el resto
de las naciones, el consumismo se expande y nuestro país
no es la excepción.
El sobreendeudamiento
de los chilenos aumenta año tras año y las nuevas
disposiciones legales sólo apuntan a incrementar las posibilidades
de obtener un crédito de consumo. Sin considerar que las
personas que no cumplen sus compromisos financieros van en ascenso.
Así, la calidad de vida es afectada, incluso ocasiona problemas
de salud a quienes están inmersos en un sistema neoliberal
como el nuestro, donde se vive en cuotas.
Sitios relacionados:
www.cpcc.cl
www.conadecus.cl
www.consumo-inc.es
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