Sistema de ingreso
a la Educación Superior
Parece que está si-es
la prueba
A menos de
un año y medio de realizarse la primera prueba SIES -Sistema
de Ingreso a la Educación Superior, todos opinan, la mayoría
critica. El debate se politizó y lo cierto es que la ministra
de Educación dice que no hay vuelta atrás, que los
plazos se cumplirán.
Los detractores
apelan principalmente a la libertad de enseñanza y los partidarios
a que no pueden evaluarse aptitudes sin conocimientos. Lo cierto
es que en diciembre del 2003, 200.000 jóvenes la rendirán,
definiendo si la nueva prueba aprobó.
Por
M. José Martínez P. M. Eugenia Salinas R.
El
cambio en el sistema de ingreso a la universidad era inminente.
La Reforma Educacional realizada por los gobiernos de Eduardo Frei
y de Ricardo Lagos debía verse reflejada también en
este aspecto. Si bien es muy pronto para tener resultados concretos,
la mejor manera de hacerlo es realizando una prueba de admisión
vinculada al currículo escolar, aspecto que la Prueba de
Aptitud Académica (PAA) no posee.
En enero del
2000 una comisión integrada por las 25 universidades pertenecientes
al Consejo de Rectores y del Ministerio de Educación, luego
de una seria evaluación al sistema de ingreso a la educación
superior, decidió que era pertinente hacer cambios. La PAA
estaba caduca y no daba cuenta de la evolución experimentada
en el campo educativo. Esencialmente se argumentó que se
requería vincular más las pruebas de ingreso a la
experiencia escolar de los alumnos.
Luego de un
acucioso trabajo realizado por académicos e investigadores
liderados por Jorge Manzi (Universidad Católica) y David
Bravo (Universidad de Chile) y patrocinado por el (Fomento al Desarrollo
Científico y Tecnológico) FONDEF, se obtuvo el SIES.
Nació así este nuevo sistema y no una reforma sustancial
al anterior, como se había planteado en instancias anteriores.
El SIES elimina las dos Pruebas de Aptitud, matemáticas y
verbal, y las reemplaza por cuatro de conocimientos específicos:
lenguaje y comunicación, ciencias, matemáticas e historia
y ciencias sociales. El área científica tendrá
una prueba complementaria, donde el alumno deberá elegir
entre biología, química o física. Además
existirá un examen de tecnología, al que sólo
estudiantes de colegios técnicos podrán optar.
Queda poco tiempo
para efectuar el trascendental cambio y son aún muchos los
cabos sueltos y zonas conflictivas en la iniciativa, por lo que
se han levantado suspicacias, no sólo en el ámbito
académico. En los medios es fácil encontrarse con
personajes que alzan su voz para advertir los posibles efectos negativos
de una prueba que mida directamente los tópicos impartidos
en la enseñanza media.
La historia
se repite en cierta forma, pues en 1967, cuando la Reforma Educacional
de Eduardo Frei Montalva instauró la PAA, opositores y partidarios
del Bachillerato alzaron la voz. Treinta y cinco años después
un nuevo modelo de evaluación, que tiene sus bases en una
nueva reforma educacional, implanta el debate.
Algunos ven
al Sistema de Ingreso a la Educación Superior como un atentado
contra la libertad de enseñanza. Los colegios se verían
obligados a dedicar demasiado tiempo a enseñar lo que el
ministerio les dice y no les dejaría espacio para desarrollar
ciertas inquietudes en los estudiantes, propias del perfil particular
de cada proyecto educativo.
Como
poniendo atajo a las críticas, la cartera del ramo arguye
que los contenidos son los mismos a los que tienen que ceñirse
hasta ahora. Para ella la discusión de fondo es si es legítimo
que el Estado tenga un currículum nacional o si se trata
de que cada uno tenga uno propio. Sin duda, hay que conciliar la
libertad de cada establecimiento con un mínimo común
denominador para todo el sistema educacional.
Otra arista
del tema es que se estaría produciendo una cierta contradicción
entre el espíritu de la reforma educacional, la cual pretende
formar individuos que sean capaces de cuestionar las temáticas
tratadas; sin embargo, en la culminación de sus estudios,
sólo se les preguntaría por una respuesta concreta.
Si bien es imposible
incluir ejercicios de desarrollo, los cuales realmente darían
cuenta de la evolución cualitativa que la reforma pretende,
hay que buscar la forma de ampliar el horizonte. Una iniciativa
en ese camino, es el hecho que el SIES incluye algunas preguntas
con una respuesta correcta y otra que no lo es totalmente.
Con respecto
al sistema aún vigente, es claro que la PAA, tal como está,
no es el sistema óptimo, pues mide adiestramiento y no aptitudes
como su nombre lo señala. Mas el Centro de Estudios Públicos
(CEP) -el cuestionador más visible- cree que aún cabe
renovarla antes de decretar su muerte.
Mirando de forma
positiva el proyecto, los defensores del SIES dicen que como se
miden conocimientos que se adquieren en el colegio, no sería
necesario un preuniversitario. De ahí que los expertos aseguren
que con sólo aprovechar esos últimos cuatro años
de enseñanza media, un joven debiera quedar bien preparado.
Además, queriendo superar nuestra idiosincrasia, este nuevo
mecanismo valora el esfuerzo y encuba el método de estudio,
pues no sirve de nada "calentar" la prueba con pocos meses
de anticipación.
Además
a partir del 2002 los puntajes serán técnicamente
comparables de un año a otro, lo cual permitirá que
las instituciones de educación superior puedan aceptar postulaciones
basadas en puntajes anteriores. Este cambio también abre
la posibilidad futura a que las pruebas se puedan rendir más
de una vez al año.
Un punto que
ha sido tocado por las distintas entidades es si esta examinación
aumentará la brecha entre los resultados de los egresados
de colegios y liceos. Si bien la educación es el principal
motor de movilidad social, en un país como Chile, sus resultados
son al mismo tiempo la muestra más clara de la diferencia.
Para los gestores
del SIES, los orígenes de la equidad tienen que ver con la
desigual distribución de medios y recursos tanto en el plano
familiar como institucional de los alumnos. Sin embargo arguyen
que las pruebas basadas en conocimientos disminuyen la inequidad,
pues las basadas en aptitudes dependen mucho del nivel sociocultural
en el que se desarrollan los jóvenes.
Según
datos del Mineduc, durante 1998 se hizo un estudio a todos los estudiantes
que rindieron el SIMCE y que dos años más tarde rindieron
la PAA. Los resultados apuntan que las pruebas que tienen mayor
referencia curricular no aumentan la brecha entre los establecimientos
particulares y municipalizados.
Educación
v/s política
Está
claro que en este debate todos quieren participar. Es la trascendencia
de las implicancias que la educación tiene en una sociedad
lo que ha hecho
que nadie quiera que se cometa un error, o al menos eso se dice.
Sin embargo
este asunto ya ha llegado a esferas superiores y la politización
del tema es un hecho.
Muchas de las
críticas apuntan indirectamente a la reforma educacional,
por
lo que se estaría, subliminalmente, atacando a uno de los
más significativos
proyectos del actual gobierno. Es decir, es el contexto perfecto
para una
arremetida contra Lagos. Así también lo ven sus partidarios
y no
sorprendieron las acciones de apoyo de partidos de gobierno al nuevo
sistema. La cara más visible de este respaldo ha sido el
ex ministro de Educación
José Joaquín Brunner.
La oposición
tampoco se ha quedado atrás luego de que el Centro de Estudios
Públicos (CEP), presentara a la UDI sus reparos sobre el
SIES. Este partido anunció un estudio de la situación
para así exponer oficial y públicamente su postura.
Otro de los
puntos candentes de la disputa radica en el Aporte Fiscal
Indirecto (AFI) que el Estado otorga a las universidades en las
que se inscriban los 27 mil 500 mejores puntajes. Para algunos,
este aporte monetario sería un instrumento de presión
y la razón de la aceptación que ha tenido entre las
universidades tradicionales, quienes reciben el mayor porcentaje
de dinero por este concepto.
También
queda por ver el destino de dicho financiamiento, pues está
legal y conceptualmente ligado al actual sistema de selección.
Entretanto, los más afectados, quienes deben rendir los tests,
los que sienten que se juegan su futuro con rellenar un círculo
en un pedazo de papel, permanecen en la más absoluta incertidumbre,
a la espera de las "grandes decisiones".
Si bien era
inminente la necesidad de un nuevo instrumento para medir el ingreso
a la universidad, por las notorias y consensuadas falencias de la
PAA, sólo faltó que se pusiera una fecha con el carácter
de inamovible para que la temperatura subiera y todos tuvieran algo
que decir.
Sitios de
interés:
www.mineduc.cl
www.sies.cl
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