La política
comunicacional que duró dos días
El
que se arrepiente se salva
La implementación
del sistema de selección de medios en el esquema comunicacional
de La Moneda dejó al descubierto el mal asesoramiento que
recibe Lagos en términos comunicacionales.
Múltiples
cuestionamientos surgen ante el hecho de que los asesores personales
del Presidente no fueran despedidos luego de este grave traspié.
Por Evelyn Nahuelhual y Michelle Zarzar
"El
día lunes llegamos y teníamos una actividad en Huechuraba.
Y de repente llegamos a este lugar y el Presidente no estaba. Sólo
en ese momento se nos dice que había pasado a otro lugar
en Pudahuel a visitar una población, pero que quería
hacerlo sin mucha prensa, sólo con dos medios seleccionados,
que en ese caso fueron Radio Chilena y Canal 13".
"En ese
momento manifestamos nuestros reclamos por cuanto se estaban seleccionando
algunos medios para cubrir las actividades y encontramos que eso
no era propio de la actitud que debería tener el gobierno
con la prensa. Fueron tantos los reclamos que al final solicitamos
a la directiva de la Agrupación de Periodistas de La Moneda
que se reuniera con Pablo Orozco (encargado de prensa del Presidente)
para que nos explicara cuáles iban a ser las reglas del juego
de ahora en adelante. Recién ahí se nos informa oficialmente
que hay una nueva política comunicacional o un nuevo esquema
para realizar algunas actividades.
"Algunas
actividades del Presidente se iban a hacer con sólo dos medios
seleccionados, uno de televisión y otro de radio para no
entorpecer el contacto que tenía el Primer Mandatario con
la gente... iban a existir actividades donde no todos los medios
iban a poder acceder"
Así relata
uno de los periodistas que cubren la Casa de Gobierno cómo
comenzaron las cosas con la nueva política comunicacional,
la política más corta que se le haya conocido al gobierno
de Ricardo Lagos. Duró sólo 48 horas.
La política
de los dos días resultó ser un desastre para este
tercer mandato de la Concertación. Basta con ver las reacciones
de los círculos de periodistas los cuales armados de fuertes
comunicados catalogaron la medida como "inaceptable",
por atentar contra la libertad de información impidiendo
que todos los medios accedan en igualdad de condiciones a las fuentes
informativas.
Las razones
esgrimidas
Pero el gobierno
tuvo sus motivos, unos ventilados por las autoridades y otros no
tanto.
La Dirección
de Prensa de la Presidencia justificó la medida con el argumento
de que el Presidente deseaba acercarse a la gente en sus salidas
a terreno, lo que no podía hacer si era acompañado
por un volumen enorme de reporteros como suele ocurrir. Al respecto,
Lagos señaló que fueron las mismas personas quienes
le pidieron que no acudiera con el despliegue mediático que
lo acompaña siempre, pues su presencia les incomodaba.
Por esto, los
asesores de presidencia le habrían aconsejado al Presidente
restringir el acceso a la prensa a ciertas actividades, proponiendo
un sistema de selección de tres medios (radio, TV y prensa
escrita) para que cubrieran estas informaciones, los cuales deberían
compartir la información con el resto.
Otro objetivo
difundido por fuentes gubernamentales fue el de utilizar estas salidas
sin previo aviso como medio para que el Jefe de Estado pudiera fiscalizar
las tareas de los funcionarios públicos, sin que éstos
se prepararan para su arribo.
En opinión
del periodista Carlos Valdés, quien cubre La Moneda para
el sitio virtual de TVN, es un hecho de que el gran aparataje medial
que acompaña al Presidente entorpece su relación con
la gente. "Habitualmente es demasiado el despliegue de medios
de prensa y de asesores que se mueven en una misma dirección,
muchas veces se pasa a llevar a las personas", dijo. Sin embargo,
reconoce que la solución adoptada por el gobierno no es la
única posible.
Alejandra Matus,
periodista y autora del controvertido "Libro Negro de la Justicia
Chilena", recalca que el gobierno pudo haber conversado previamente
con la prensa y solucionar estas dificultades sin necesidad de tomar
estas medidas extremas. "Hay formas de organización
de la prensa para que no se apelotone y eso es cuestión de
buena voluntad y de que los medios y el Presidente se pongan de
acuerdo"
En coincidencia
con lo anterior, Valdés señala que la disposición
no se justificaba y el gobierno la impuso sin siquiera comunicarla
previamente. "Si días antes nos hubieran explicado que
la aglomeración de medios creaba conflictos y se hubiese
pedido que las actividades se ordenaran, la situación hubiese
sido distinta. Prueba de ello es que ayer el Presidente Lagos tuvo
que entrar a una casa y las cámaras entraron en forma paulatina
y coordinada".
El cambio en
la política comunicacional de Lagos ocurrió en tiempos
que los temporales arrasaban con la zona central de nuestro país,
por lo que el Jefe de Estado enfrentó en repetidas oportunidades
contramanifestaciones en terreno, situación que llevó
el viernes anterior a la implementación de la nueva estrategia
comunicacional a no entregar la pauta diaria a los encargados de
prensa en La Moneda.
Valdés
comenta que ese día "llegamos a la Moneda como habitualmente
lo hacemos entre nueve y diez de la mañana, y nos dicen que
el Presidente tiene una actividad en que no se iba a dar a conocer
el destino, así es que teníamos que seguir a la comitiva".
Algunos medios
expresaron la tesis de que uno de los motivos que llevó a
tomar la decisión de un giro en la política medial
de la Presidencia fueron estas manifestaciones, hipótesis
que el ministro del Interior, José Miguel Insulza, desestimó
categóricamente.
Pese a ello,
en al menos dos importantes diarios capitalinos trascendió
que la evaluación de La Moneda era que la oposición
utilizaría la pauta oficial para programar contramanifestaciones
y que, a su vez, fuentes concertacionistas la aprovecharían
para mejorar las condiciones del lugar que visitaría el Primer
Mandatario, impidiendo una real fiscalización.
Los temores
del equipo de trabajo de Lagos se basaban en que, además
de las manifestaciones, el alcalde Joaquín Lavín habría
llegado un día después a los mismos lugares que recorrió
la comitiva presidencial.
Manuel Cabieses,
Director de la Revista "Punto Final" opinó al respecto
que "en estos contactos del Presidente con trabajadores, con
sectores poblacionales, visitas a campamentos; escucha muchos reclamos.
Le dan a conocer una serie de quejas en las cuales, para efectos
de la propaganda, el Gobierno sale muy mal parado"
Matus sostiene
que este tipo de medidas de control de la prensa "surgen de
un deseo de mejorar la imagen del Presidente en los medios, sea
por la vía que sea; para evitar manifestaciones o que los
periodistas le hagan preguntas incómodas", por lo que
estima que "es muy probable" que la implementación
de esta nueva política fue para paliar la mala impresión
comunicacional que daban las protestas a la llegada del Presidente.
¿Y
quién tiene la culpa?
La mala asesoría
comunicacional de Lagos quedó de manifiesto ante esta fallida
política comunicacional.
Muchos pueden
responsabilizar de este bache a Orozco como jefe de prensa de La
Moneda, pero quienes trabajan allí como Carlos Valdés,
saben que la idea no nació de él.
"Si bien
Pablo Orozco tuvo que cumplir su papel de apoyar la medida, no creo
que tenga tanta influencia en el Presidente como para que él
aprobase algo así. Esto fue planificado por otras personas,
el equipo de asesores más cercano a Lagos... por los datos
que manejamos, creemos que la idea surgió de allí".
La negligencia
por parte de Orozco y también de Lagos radicó en adoptar
una medida ideada por gente sin formación en estos asuntos.
"El problema fue que ninguna de estas dos personas sabe de
comunicaciones, ninguno es periodista ni tiene un título
relacionado con el tema comunicacional, entonces, ellos sólo
lo vieron desde el punto de vista de los resultados", comentó
Valdés.
Todos los entrevistados
coinciden en que el Presidente fue mal asesorado, pero a la vez
señalan que el capitán del barco es el que tiene la
última palabra, si toma o deja los consejos de la tripulación.
"En este
asunto de la política y, sobre todo, de las decisiones, aunque
no haya nacido de él, la responsabilidad última recae
en quien dirige todo. El Presidente de la República es el
responsable de la decisión. Si él le hizo caso a un
asesor medio tontón es su culpa por hacerle caso a un mal
consejo", afirma Cabieses.
Muchos se preguntarán
qué siguen haciendo en La Moneda asesores que han cometido
una falta tan grave, en otros países los habrían despedido
por menos, pero aún falta un detalle: quiénes son
los asesores. Pues nada más y nada menos que Matías
de la Fuente, quien además de jefe de Gabinete es primo de
Luisa Durán de Lagos y, Pedro Durán, cuñado
del Presidente.
Antes de realizar
cuestionamientos, hay que entender que el círculo cercano
de un Jefe de Estado debe ser de su total confianza y suelen estar
emparentados con él. El problema es cuando estos familiares
cometen errores gravísimos como la desechada política
comunicacional. Alejandra Matus sostiene que, si bien son cargos
políticos, cuyo único mérito sea su vinculación
con el mandatario "es malo para el Estado, malo para la administración
del Estado".
Después
de todo lo dicho, muchos chilenos han de pensar como Manuel Cabieses
"si los asesores le recomendaron hacer eso son unos estúpidos,
no cabe duda. Deberían haberlos dejado cesantes hace rato
ya". ¿Por qué siguen ahí?. Tal vez un
error entre muchos aciertos, tal vez no.
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