PORTADA
  
NÚMEROS ANTERIORES
  
QUIÉNES SOMOS
  
CONTACTO
  
POLÍTICA

11 de septiembre de1973
La Herida aún sangra

A más de treinta años de producido el quiebre democrático, en Chile no existe una única opinión para calificar los mil días del gobierno de Salvador Allende a cargo del gobierno, ni su abrupta caída.

Aún son muchos los que adoptan lados contrarios desde sus propias trincheras y descalifican a los otros. No hay verdades absolutas para calificar el período de la Unidad Popular y no se sabe si algún día los chilenos seremos capaces de conciliar nuestras posiciones.

Por Paulette Dougnac y María Teresa Ovalle


Al interior de la Concertación la controversia está que ardió. Mientras los socialistas promovían la declaración de un Nunca Más en el parlamento, la Democracia Cristiana se negaba a asistir a los actos oficiales de conmoración de los treinta años del Golpe Militar. La decisión de inaugurar una sala de la casa de gobierno con el nombre de Salvador Allende fue calificada por amplios sectores de la oposición como una falta de respeto para, como dijera Lily Pérez, "una mayoría de chilenos que no piensa del mismo modo".

Después de treinta años de ocurrido el golpe de Estado, parece ser que las divisiones ideológicas de los chilenos continúan tan radicales como el primer día. El golpe, para unos, y pronunciamiento, para otros, sigue siendo un tema que, más que pasar a la historia, permanece vivo y bullente en el inconsciente colectivo.

¿Será posible que, luego de tanto tiempo, los rencores y odiosidades que se generaron en los años 70 sigan marcando a la sociedad chilena, o los distintos sectores han comenzado a conciliar opiniones y moderar posiciones? ¿Será posible instaurar una verdad oficial, o estamos aún muy lejos de pararnos con una mirada histórica frente a las causas y consecuencias del 11 de septiembre de 1973?


¿Héroes o villanos?

"Allende y Pinochet son figuras opuestas, mitificadas, que adquieren un carácter simbólico y se desmaterializan para tomar las representaciones de ciertas ideas, de ciertas orientaciones políticas" señala Tomás Moulian. Consultado por CTN, el sociólogo y académico de la Universidad Arcis, explica que a treinta años del golpe de Estado éstas son las dos figuras que reciben mayores homenajes de sus partidarios y son blanco, todavía, de los más agudos ataques. Se convirtieron en depositarias de los valores de los sectores que representan, por lo que no hay términos medios: o se les quiere o se les odia.

Para la derecha, Pinochet aparte de ser considerado un "salvador", es el artífice de la prosperidad económica del país. La Fundación Augusto Pinochet es categórica en afirmarlo: "La libertad y el desarrollo que Chile vive hoy, se deben a la gestión de estadista del General Pinochet y del Gobierno de las Fuerzas Armadas, quienes con el trabajo y esfuerzo de todo un país, legaron una obra fundacional para que los chilenos la ejercitemos y disfrutemos en base de la autonomía soberana y personal y la libre iniciativa en el ejercicio de nuestros derechos".

Lo anterior, explica Moulian, se debe a que en el régimen de Pinochet se instaura una nueva forma de economía en Chile -el neoliberalismo- que transforma a la sociedad. "Mientras la Unidad Popular instala como sujeto histórico a los trabajadores, la dictadura levanta como sujeto al empresario; por eso Pinochet es amado por ese sector de los chilenos", puntualiza.

Para la izquierda, Pinochet es la representación del mal: es el gran traidor, el dictador, la cabeza de los aparatos de represión. Moulian señala que "la reacción de Pinochet es tan violenta porque su poder proviene de Allende. Desde una mirada psicoanalítica, podemos decir que Pinochet necesita matar a la figura del padre en Allende, quien le da el poder, para legitimarlo como algo propio. El bombardeo a la Moneda es un acto simbólico doble: es un aviso de destrucción de todo el peso político anterior, no es sólo terminar con el 'cáncer marxista', sino que la instauración de un nuevo orden político".

Así también, la derecha sataniza la figura del líder de la UP. La revista Qué Pasa define a Allende como un "político dueño de una locuacidad inimitable y parlamentario hábil en las negociaciones", que sin embargo fue incapaz de ejercer un liderazgo que controlara a la coalición que lo apoyaba. Impulsó una revolución sin los consensos necesarios y no pudo articular un acuerdo con la oposición para superar la crisis institucional más grave de la historia reciente de Chile.

Ante esto, Moulian indica que, para él, "Allende no es sólo el gesto de la muerte, del suicidio. Es el político que tiene la visión más clara sobre el programa que debía realizar la UP, incluso más que el Partido Comunista, el MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitaria) y los radicales. Ellos no vieron que Allende quería plantear un nuevo socialismo, impulsar reformas que realmente configuraran un nuevo Chile. Para mí, Allende merece el papel de héroe y Pinochet el del traidor que marcó la dictadura militar".

Ni perdón ni olvido Para Moulian, el Golpe Militar sigue siendo un tema que separa profundamente a los chilenos. "Ante un hecho tan traumático, que dividió nuestra historia en dos, habrá durante mucho tiempo interpretaciones distintas. Pasa con los fenómenos históricos calientes que tienen repercusiones en una sociedad. Pasó con la Revolución Francesa, pasó con la ocupación alemana (en Europa durante la II Guerra Mundial). Nunca se olvidan y son objeto de controversia ideológica e histórica permanente", explica.

Si bien más de la mitad de los chilenos no vivió el año 73, lo común es que los jóvenes adopten frente al Golpe la postura de sus padres o su entorno cercano. Al respecto, afirma Moulian: "Ante estos temas siempre hay posturas diferentes, que dependerán de la historia oral que recibió el muchacho, y de las varias historias escritas. Por tanto, si pertenece a una familia a la que nunca le interesó el tema, lo del golpe le será indiferente. Tendrá en cambio una opinión definida si en el medio en que se desenvuelve existe una postura radical a favor o en contra del golpe y el régimen militar".

Un asunto que refleja lo dividida que sigue estando nuestra sociedad es la incapacidad que han tenido los chilenos de comprender el tema de los derechos humanos como un tema que va mucho más allá de una coyuntura política. Como señalara a CTN el director de la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), Víctor Espinoza, "la población chilena limita la percepción y la imagen de los derechos humanos a los graves crímenes que se cometieron durante la dictadura, dejando de lado una serie de otros derechos fundamentales que están consagrados en el sistema internacional".

Si bien existe interés político en dar vuelta la página, lo que se ve reflejado por ejemplo en la elaboración de una propuesta de derechos humanos por parte del gobierno, Moulian asegura que es imposible un cierre o un punto final. "Los cierres se hacen cuando las heridas están cerradas, y hoy, con una huelga de hambre de los hijos de ejecutados políticos, no podemos dar vuelta la página", señala.

Así las cosas, estamos muy lejos de poder instaurar una verdad única con respecto al Golpe de Estado. Como explica Moulian, "Siempre van a existir bandos que influyan en la interpretación histórica y en el sentido común de la gente. No creo que sea posible que los historiadores construyan una apreciación de consenso para los textos escolares. Más les valdría poner una o dos interpretaciones que combinen las visiones respecto al tema, porque se trata de un acontecimiento que causó un quiebre y que aún no se ha cerrado."

Un golpe mediático al golpe

En las semanas previas al 11 de septiembre la prensa nacional bombardeó con programas, reportajes e investigaciones dedicadas a reconstruir el golpe militar de 1973.

El periodista Juan Pablo Cárdenas, director de la radio Universidad de Chile, hace una muy buena evaluación del trabajo efectuado. Si bien señala que se han cometieron una serie de imprecisiones, opina que los periodistas, al investigar e informar acerca del Golpe Militar, están jugando un importante papel social: "El periodismo ha hecho grandes aportes, ayudando a que el país vuelva a sensibilizarse por el tema de los derechos humanos", afirma.

Azun Candina, profesora de Historia de Chile Contemporáneo de la Universidad de Chile, llama la atención sobre la perspectiva desde la cual se trataron los hechos en los medios de comunicación, basada en la convicción de que todos fueron culpables, lo que conduce a una relativización de las responsabilidades. Según comentó a CTN, para ella el problema de los programas periodísticos es que tomaron al 11 como un todo, sin considerar su contexto histórico. Sin embargo, asegura que lo que están haciendo los medios va a servir para que la gente reflexione con respecto al tema: "Más interesante que el trabajo de los medios en sí, es la reflexión que puede venir a partir de ello", opina.

Según el comunicólogo Carlos Ossa, la mediatización del golpe puede llegar a insensibilizar a la opinión pública, al restarle importancia y bajarle el perfil a los acontecimientos. Según él, recordar los hechos no contribuye en ninguna medida a superarlos ni a reconciliarse: lo único que se puede lograr es el olvido. "Cada vez que nosotros activamos la memoria, lo que hacemos es activar la imposibilidad de reconciliación. La memoria jamás reconcilia". Según Ossa, el riesgo de toda esta operación mediática es llegar a un punto en que el tema ya no le importe a nadie. "Va llegar un momento en que, de tanto repetirlo, el significado del golpe se va a agotar, y no va a quedar para él más que pura indiferencia", asegura.

Sitios relacionados
CODEPU
Fundación Presidente Augusto Pinochet
Revista Qué Pasa
Fundación Salvador Allende

 
POLÍTICA

La figura de Allende
De la revolución a la liturgia

Propuesta de Derechos Humanos
Por el deber de la justicia

 

ECONOMÍA

Lo único que no tiene solución
El costo de vivir bajo tierra

 

INTERNACIONAL

Artistas en la Política
Entre el voto y la taquilla

Histórica nominación remece a la Iglesia Anglicana
Un Obispo Descarriado

 

CULTURA

Boom Literario en Valparaíso
Las Nuevas Voces de la Palabra Porteña

"La Comunidad": una película de Alex de la Iglesia
El instinto está podrido

 

SOCIEDAD

Explotación Sexual Infantil
Por amor a los niños

 

DEPORTES

ANFA y fútbol amateur
Por la disputa del balón

 

ENTREVISTA

Carmen Garretón
"Adquirí un compromiso de vida"

 

OPINION

Cuando Allende dejó de incomodar (San Allende)

Re-Pensar La Izquierda