Sondeos de opinión
Encuestas
en el banquillo
Durante los
últimos años, las encuestas políticas han sido
objeto de innumerables críticas ya que no han reflejado fielmente
lo que la opinión pública piensa y han provocado confusión
entre las distintas corrientes políticas.
Actualmente
no existen mecanismos de regulación para las empresas encuestadoras
que entreguen resultados poco representativos, de manera que siguen
funcionando sin que nadie las sancione.
Por
Francisca De la Vega y Carlos Castillo
Cada
vez que se publican resultados de una encuesta, surgen rápidamente
detractores y se genera toda una polémica respecto a cómo
se llevó a cabo, quién la hizo, bajo que parámetros
se tomó la muestra, que tipo de institución o personas
fueron los encuestadores. En resumen, se abre todo un debate acerca
de los métodos y objetivos de dicha encuesta.
Esto, cobra más relevancia cuando se trata de tópicos
de interés general como lo son los asuntos políticos
que involucran a todos los ciudadanos y en los cuales últimamente
las encuestas no han dado en el clavo a la hora de realizar sondeos
entre la opinión pública, sobre todo en tiempos de
elecciones, ya sean municipales, parlamentarias o presidenciales.
Muchas empresas encuestadoras se han visto desprestigiadas después
de que el gobierno emitiera los cómputos finales de alguna
que otra elección, lo que se vio reflejado con más
ahínco en la primera vuelta de la última elección
presidencial.
Sin embargo,
las encuestas no representativas se vienen haciendo muy comunes
desde la década pasada. Fue durante las parlamentarias de
1993 cuando la empresa encuestadora Adimark asociada con el Centro
de Estudios Públicos (CEP) reveló en uno de sus estudios
que Ignacio Pérez Walker(RN) y Beltrán Urenda (UDI),
candidatos a senadores por la tercera y cuarta región respectivamente,
no obtendrían un puesto en el Congreso Nacional, aunque finalmente
fueron electos.
Otro error garrafal en esa misma elección fue dar por vencedor
de la diputación de Las Condes a Andrés Allamand(RN)
cuando al final fue elegido Carlos Bombal(UDI). Fallas como estas
y otras más fueron causales de que poco tiempo después
CEP rescindiera su relación contractual con Adimark.
La última
elección presidencial tampoco está exenta de polémica.
Durante los meses previos a los comicios, muchas empresas encuestadoras
hicieron estudios de opinión entre la gente para saber cuál
sería el candidato ganador. Los resultados obtenidos no mostraron
una tendencia sino que más bien se presentaron contradictorios
entre sí, dejando interrogantes que sólo se dilucidaron
una vez entregado el último cómputo oficial desde
el edificio Diego Portales.
Los
sondeos de opinión realizados por lo menos en el ámbito
político tienden a beneficiar a alguien, dependiendo de la
corriente política de la empresa encuestadora. Ya está
el citado caso de Adimark que en más de una ocasión
favoreció, en época de elecciones, a candidatos de
Renovación Nacional. Pese a que existen empresas privadas-
aunque aparentemente sin fines de lucro- que realizan estudios de
opinión como CEP o el Centro de Estudios de Realidad Contemporánea
(CERC), que intentan reflejar una opinión objetiva, de todas
maneras favorecen en mayor o menor grado a políticos de determinada
ideología.
Una de las razones
posibles de que las encuestas no reflejen una tendencia real quizás
sean las simpatías hacia grupos políticos determinados.
Sin ir más allá, y volviendo a las elecciones presidenciales
pasadas, se confirma la relativa "objetividad" de las
encuestas. Ninguna de las empresas encuestadoras asociadas a alguno
de los dos candidatos mayoritarios, dio por vencedor al otro contrincante.
Es el caso de la encuestadora Benchamrk, cuyo propietario es el
diputado de la UDI Darío Paya y que otorgaba a Joaquín
Lavín una victoria de tres puntos sobre Ricardo Lagos en
la primera vuelta. En contrapartida, la consultora Mori, ligada
a ideas concertacionistas, daba por vencedor al candidato oficialista
con una ventaja de seis puntos sobre el abanderado de la oposición.
Al final, ninguna de las dos acertó porque se produjo casi
un "empate estadístico".
El método
para encuestar también es otro de los condicionantes para
que una encuesta sea representativa o no. Las empresas tradicionalmente
encuestadoras utilizan el cuestionario y la entrevista personal
para obtener un registro y luego sacar conclusiones. Sin embargo,
la Fundación Futuro- que tiene a Sebastián Piñera
(RN) como presidente- posee el sistema llamado CATI (Computer Assited
Telephone Interviewing) que realiza encuestas a través del
teléfono.
Éste es un tipo de encuesta nuevo, muy criticado porque si
se trata de beneficiar a alguien con las encuestas es precisamente
a gente ligada a la derecha política ya que muchos hogares
de Chile aún no poseen teléfonos y otros poseen más
de una línea a la vez. Además debe contarse la disponibilidad
de la gente para contestar las preguntas. Sin embargo, y para sorpresa
de algunos, la Fundación Futuro acertó en las elecciones
presidenciales pasadas al pronosticar un eventual empate entre Lagos
y Lavín por estrecho margen.
Pero lo que
realmente se esconde tras las encuestas es el juego político.
La política en sí es un juego de estrategia y persuasión
en el que muchos trucos están permitidos. Una encuesta poco
representativa puede hacer cambiar de decisión a los que
están inseguros respecto a un tema y más aún
si esa encuesta refleja una opinión en forma tajante.
Sin
embargo, sólo afecta en casos específicos, ya que
quienes estén seguros de su decisión no creerán
en el sondeo, sobre todo si se trata de gente afiliada a algún
partido. Es por esto que las encuestas mal hechas independientemente
del credo político sólo influyen en aquélla
porción de la población que no está muy familiarizada
con la política y no en los bandos mismos de los partidos.
Pero como estrategia
de guerra, las malas encuestas tienen a favor que en nuestro país
las cosas tienden a olvidarse con facilidad y por eso es que las
empresas encuestadoras siguen funcionando y no siempre pierden prestigio
frente a la opinión pública. Sobre esto mismo, conviene
destacar una observación que hizo el sociólogo encuestólogo
de la Universidad de Chile, Esteban Valenzuela, al diario La Tercera
después de la primera vuelta de las elecciones presidenciales,
en donde muchas encuestas fallaron en sus pronósticos:"el
problema que enfrentamos en nuestro país es que no existen
medios de regulación para las consultoras. En otras partes,
cuando una empresa se equivoca, enfrenta una severa crítica
del mundo académico y del mercado. En cambio, acá
los errores se olvidan y muchas veces en la raíz de esos
errores hay intereses creados".
Una encuesta
mal hecha puede ser causada intencionalmente para que la gente crea,
piense o se disponga a hacer algo de acuerdo a la referencia de
esa encuesta. Pero también puede ser que los instrumentos
de medición no sean los idóneos para tomar la muestra
o que esta misma no sea lo suficientemente representativa del universo
total del objetivo.
Lo cierto es que cuando se trata de asuntos políticos, la
intencionalidad recae en motivos estratégicos y hasta el
momento en Chile no existen sanciones para empresas encuestadoras
que no obtengan una muestra representativa. Para el presidente de
la Fundación Futuro, Sebastián Piñera, las
encuestas mal tomadas no deberían considerarse un instrumento
político y además tendría que existir un castigo
para ellas: "las empresas ineficientes deben enfrentar algún
tipo de costo por sus errores. Es más, hay que analizar si
tales errores son problemas técnicos o si hubo la intención
de perjudicar a alguna opción, utilizando estos instrumentos
que creo que son técnicos y no políticos".
Como se puede apreciar, el tema de las encuestas depende del cristal
con que se mire. Cada corriente política busca tener un respaldo
público y querrán que los sondeos los favorezcan.
Sin embargo, si se intenta engañar a la gente con resultados
falsos, el asunto cae en el plano ético y todo dependerá
de los escrúpulos de quienes quieren hacer la encuesta y
de quienes tengan a su cargo realizarla.
Comedia
de equivocaciones encuestadas
Parlamentarias
1993:
Según una encuesta de Adimark, los senadores Ignacio
Pérez Walker y Beltrán Urenda no tenían
opción de llegar al senado; Las Condes tendría
por diputado a Andrés Allamand, pero al final ganó
Carlos Bombal
Parlamentarias
1997:
En otra encuesta de Adimark, Allamand aventajaba a Bombal
por menos de un punto ( 19,4% a 18,6%) por la circunscripción
de Santiago Oriente
- Cerc pronosticó que en la circunscripción
Metropolitana Oriente, Alejandro Foxley obtendría la
primera mayoría con un 25% y que Allamand ganaría
a Bombal por 12% a un 11%
- Gemines señaló que la circunscripción
Poniente, Andrés Zaldívar y Camilo Escalona
doblarían a la lista de derecha con un 32% contra un
10% y que Angel Fantuzzi derrotaría a Jovino Novoa
( 14% a 7%)
Presidenciales 2000:
- Mori y Cerc coincidían en que Lagos vencía
en primera vuelta a Lavín por seis puntos de diferencia.
- Benchmark daba por ganador a Lavín en primera vuelta
con tres puntos de diferencia sobre Lagos.
|
|