Teletón
2002:
En
pedir
¿no hay engaño?
Este 29 de
noviembre empieza la versión 17 de la tradicional campaña
solidaria, la cual, como siempre, apela a la conciencia y al mercado
para poder lograr su ambiciosa meta.
Sin embargo,
independientemente de la urgente ayuda que requieren los miles de
niños discapacitados que existen en Chile, la Teletón
cumple una función que no tiene por qué ser suplida
por privados.
Por
Iván Falcón y Marco Braghetto
"Es
triste, pero cada vez que llega un minusválido a los andenes,
tenemos que sacarlo en brazos hasta afuera". Así aseguró
a Con Tinta Negra (CTN) Ramón González, guardia de
seguridad de la estación Ecuador de la línea uno del
metro, ahí mismo donde está la sede santiaguina de
la Sociedad Pro Ayuda del Niño Lisiado. En dicho lugar no
hay ascensores ni una escalera mecánica que pueda ayudar
a los inválidos a desplazarse sin dificultad desde el túnel
hasta la calle. Y lo más increíble es que este problema
aún no se soluciona, ya que año tras año es
sacado a la luz pública cuando se realiza una Teletón.
Este es sólo
un ejemplo de la grosera ausencia de políticas de integración
y rehabilitación en Chile. Estas carencias se hacen patentes
cuando don Francisco nos urge a cooperar con la colecta de beneficencia
que se realiza a fin de año. Son 27 horas en donde quedan
expuestas las incapacidades del actual sistema de salud chileno
y la inhabilidad del Estado para resolver los problemas de asistencia
social de la población y en especial de los menores.
"La Teletón
es sólo un parche frente a una realidad que es mucho más
acuciante, que no se conoce realmente y no se dimensiona, que es
la necesidad de que esto debiera ser una obligación del Estado.
Porque no puede ser que los chilenos año tras año
estemos enfrentados a esta verdadera maratón que es la Teletón
con el objetivo de subvencionar una actividad que debería
ser propia del Estado, sobre todo cuando hoy día se discute
el tema del plan AUGE y se está legislando sobre la salud.
A mí me gustaría preguntar si alguna de las enfermedades
que están incorporadas en la Teletón es cubierta por
el plan AUGE, y no me cabe ninguna duda de que no hay ninguna",
señaló a CTN Julia Urquieta, abogada de derechos humanos
del Partido Comunista.
Esto cobra real
importancia si consideramos que la cantidad de dinero recaudada
por la Teletón el año pasado fue de 400 pesos per
cápita, o sea, una suma que fácilmente puede ser adquirida
a través de una recaudación eficiente de impuestos,
por lo que la falta de fondos no sería excusa para justificar
la existencia de la Teletón. "En Cuba, con mucho menos
dinero existen políticas de rehabilitación extraordinarias,
y mucha gente extranjera va a hacerlo allá. Eso mismo debería
existir en Chile, porque es un tema muy importante", expresó
Urquieta.
En nuestro país
no hay cauces más allá de la Teletón para todos
los niños que necesitan ser rehabilitados. Recién
la Universidad Católica está desarrollando iniciativas,
pero el niño sin recursos a lo único que puede recurrir
es a la Teletón, que es simplemente una ayuda cosmética
a la salud pública, porque sólo los tienen por un
tiempo hasta que cumplen 18 años.
Un
buen negocio
La Teletón
se ha vuelto una mala costumbre. Está demostrado que a los
particulares solamente los une un afán de lucro, y tan es
así que hoy se dice que la propia Teletón está
en quiebra hace dos meses. ¿Qué demuestra esto? Que
los particulares por sí solos tampoco pueden resolver problemas
de esta magnitud.
"Esto no
puede ser una dádiva, como quien dice vivir con la limosna
social. Están en juego vidas de niños que no pueden
estar supeditados a que todos nos enfrasquemos en una campaña
de venta de productos. Este es un gran negocio para las tiendas
que, claro, entregan grandes aportes, pero van mojados en esto",
sentenció Urquieta.
Por todos es
sabido que las marcas que donan dinero a la Teletón adquieren
un prestigio entre el público que permanece en el tiempo.
La familia media chilena considera como valor asociar determinado
objeto de consumo a una idea de caridad contraída por la
compañía. Es por esto que la empresa se compromete
a ayudar, a cambio de que su logo sea promocionado durante la campaña
de la Teletón. Según estudios de la agencia comunicacional
Prolam & Rubicam (la misma encargada de la imagen de la Teletón),
la mayoría de las personas que eran consumidoras de una determinada
marca, finalizada la Teletón, se cambiaron a la competencia
que era auspiciadora de la obra.
"Somos
los pobres chilenos los que tenemos que comprar los productos. Uno
no recibe nada a cambio, pero el empresario sí. Ese es el
tema de fondo. En definitiva, el negocio es para los grandes empresarios
que están detrás de esta iniciativa que tiene todo
un aspecto comunicacional que la instala como una gran tarea, pero
la realidad es que en Chile hay muchas otras grandes tareas",
dijo Urquieta.
Mentiras
comunicacionales
Otro punto importante
a señalar es que durante las 27 horas que dura la Teletón
se hace un manejo erróneo de la información emitida
por las pantallas. Por ejemplo, se nos hace creer que con nuestro
aporte se garantiza la absoluta rehabilitación del menor
y la inserción total de éste dentro del sistema de
producción económica.
Sin embargo,
para Raúl Vega, discapacitado que se instala a vender cd's
piratas en la esquina de las calles Moneda y Estado, la realidad
es diferente. Vega llegó a este lugar después de haber
pasado por la Teletón. Ahora afirma que recibe una pensión
mensual de 36 mil pesos, los cuales no le alcanzan para vivir. Señala
además que las personas con discapacidades motrices viven
bajo una constante discriminación en Chile, y que las oportunidades
para un lisiado son nulas. "He pasado por un par de trabajos,
pero siempre he sentido que transgreden mis derechos. Una vez tuve
que renunciar porque ya no soportaba las humillaciones debido a
mi discapacidad", señaló a CTN.
Con respecto
a la Teletón es tajante. "Yo conozco a la Teletón
de cerca, y después de los 18 años, te puedo asegurar
que nadie se preocupa por ti. Cumples la edad y ni siquiera te llaman
por teléfono para hacerte un seguimiento médico",
explicó Vega.
Esta grave falencia
para la rehabilitación integral se hizo evidente el 26 de
septiembre último, cuando se supo que el ex niño símbolo
de la Teletón 1987 (que no tiene ni brazos ni piernas) violó
a tres menores: dos sobrinas en su hogar, y un niño. Todavía
se investiga si este último vejamen ocurrió dentro
de uno de los centros de la Teletón.
Otra mentira
que se desarrolla en la Teletón es la de una falsa unidad
entre los chilenos, los que nos cohesionaríamos en torno
a este cometido. Para Julia Urquieta, este discurso es instalado
comunicacionalmente por el poder que implican los medios que se
involucran en esta tarea, y por el papel de don Francisco en crear
un inexistente concepto de unidad en torno a la cruzada.
"Así
como es la Teletón, podría ser, por ejemplo, una fundación
del cáncer u otra de niños desahuciados. O sea, hay
muchas grandes obras en este país. También se han
hecho importantes trabajos con el Hogar de Cristo. Entonces, yo
creo que el tema de la Teletón tiene que ver con don Francisco
y todo el aparataje comunicacional que en torno a ella se levanta.
La única gran diferencia entre las otras obras y la Teletón
es el efecto comunicacional que ésta logra", comentó
la abogada.
Es imposible
negar que la Teletón ha sido un aporte al mejoramiento de
muchas situaciones de menores con problemas neurológicos.
Sin embargo, no se puede desconocer que ésta es una tarea
que debiera cumplir el Estado, ya que constitucionalmente está
asegurado el bienestar y el acceso a la salud de todos los chilenos.
Si cada vez se le va dando más legitimidad pública
a las labores que ejercen privados en reemplazo de éste,
vamos a ir dejando los grandes temas del país en manos de
particulares.
"Hay problemas
sociales para los cuales sí deberíamos unirnos todos
los chilenos, como una verdadera democracia, la verdad y justicia
sobre los detenidos desaparecidos o un sistema de salud realmente
al servicio de la gente", señaló Urquieta.
Sitios relacionados:
www.teleton.cl
Alumnos
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