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Contra el olvido y la impunidad
El año de la Funa

No es un combate cuerpo a cuerpo ni la pelea por un trofeo final, es simplemente un carnaval lleno de colores que busca vencer la impunidad en la que permanecen los violadores de los derechos humanos que actuaron durante la dictadura militar chilena.

El 2004 se perfila como el año de la Funa: la edición de un video y de una página web, además de la participación en un documental de Francisco Casas, son las principales actividades de un año que estará marcado por la denuncia.

Por Elisa Barrientos y Antonella Galarce


Para los familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos no es fácil olvidar los momentos que vivieron desde que llegaron los militares al poder en 1973. Más aún, es difícil para ellos tolerar que los tribunales de justicia poco han hecho para condenar a los culpables de crímenes contra los derechos humanos.

Es por ello que acordaron tomar la justicia en sus propias manos, pero no de una forma violenta, sino a través de acciones originales y alegres, siendo el principal objetivo de éstas el que todos se enteren de que puede haber un criminal cerca de cada uno de nosotros.

La Funa se inició en 1999, luego de que un grupo de hijos de detenidos desaparecidos decidiera integrar a todos aquellos que querían adherirse a la causa de los derechos humanos y que no encontraban espacio en las organizaciones establecidas hasta ese momento, como la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Como señaló a CTN, Julio Oliva, uno de los organizadores de la Funa: "Las agrupaciones de familiares por estatuto, son de familiares, entonces se restringe mucho el tema de lo que fueron las violaciones de los derechos humanos, porque se queda sólo en los familiares. Pensamos que la reivindicación de ellos (detenidos desaparecidos) era una tarea de toda la sociedad y no solamente de sus familiares. (...) Queríamos tratar de dar un protagonismo a la gente que no lo tenía, y que mayoritariamente tampoco eran familiares de nadie".

Emulando el modelo de los Escraches de Argentina, la Funa en Chile pretende dar a conocer al mayor número de gente posible la identidad de todos aquellos ex agentes represivos que están libres de la acción de la justicia. Como contó a CTN Alejandro Hidalgo, locutor de radio Villa Francia y uno de los primeros organizadores del movimiento: "Funar es una forma de romper la impunidad entendiendo que la justicia no es posible, pero que se puede lograr una especie de castigo, logrando que la gente se diera cuenta de que no hay olvido. Que no quedaran como piolas saludando a todos los vecinos, pasando por buenas personas, cuando no lo son".

Énfasis en la fiesta

El proceso no es sencillo, pues antes de ir a funar, todos los datos de la persona respectiva son minuciosamente investigados. Los encargados de recabar la información del posible funado se agrupan en una comisión de archivos, que acude a diversos registros tanto escritos como orales para establecer con plena precisión el próximo objetivo. De esta manera, no se actúa hasta que no exista un cien por ciento de seguridad en la identidad del funado.

La comisión de archivos actúa sigilosamente, para evitar cualquier filtración de nombres que podría llevar a un posible sabotaje. Por esta razón se constituye como un grupo cerrado que no permite la integración de muchas personas. Una vez confirmados el nombre, RUT, domicilio y teléfono se está listo para comenzar con, por lo menos, una hora de bullicio y escándalo.

Pancartas, volantes, música a cargo de grandes batucadas son los principales ingredientes de la Funa. La idea es realizarlas de forma pacífica, pero sin dejar de lado la alegría y las expresiones artísticas. Así lo dijo Hidalgo: "Se comenzó a poner énfasis en el carnaval, en las fiestas, en las performances, las idea era hacer harta bulla con instrumentos, llamando a la gente y repartiendo volantes para que todos se enteraran que en tal casa vivía un violador de los derechos humanos".

En sus cuatro años de existencia, la organización ha funado a cerca de 40. La asistencia promedio por acción varía entre 300 y 500 personas, la mayoría jóvenes que desean protestar contra la pobre labor de la justicia.

Julio Oliva.

Justicia en las Calles

El principal escenario de cada funa es la calle, es ahí donde una vez al mes se reúnen todos los interesados en hacer justicia con su propia voz. Es la calle la que les da la libertad necesaria para denunciar a los impunes, en un accionar que llega directamente a la gente, sin filtros ni censuras. "La Funa lo que busca, es volver a estar en las calles con fuerza, no importando el gobierno que esté, no estar atados a negociaciones. Esa denuncia, esa búsqueda de justicia real en la calle es el gran aporte de la Funa", señaló Hidalgo.

Consideran que la justicia quizás nunca llegará y ello es culpa del sistema y de todos los gobiernos que precedieron a la salida de Augusto Pinochet, que en vez de garantizar condenas a los culpables, los protegen. "Vemos que hay una impunidad que cruza toda la sociedad, hay una alianza entre los nuevos gobernantes y los anteriores. La impunidad no es un tema a resolver, todo lo contrario, es algo que hoy día los empareja, de hecho todos los intentos que ha hecho la Concertación por legislar entorno a los derechos humanos han sido para darles más garantías a los violadores de derechos humanos", sostuvo Oliva.

Los proyectos del 2004

Con la idea de potenciar el movimiento, durante este año sus organizadores pretenden llevar a cabo el “año de la Funa” que no es más que dar a conocer masivamente cada una de las actividades que se realizarán en la organización. Elaborar una página web y grabar un video, son los principales proyectos que se contemplan. La idea es acudir con este material a las diversas actividades a las que se les invita, principalmente a foros universitarios, con la idea de que los jóvenes se informen en profundidad acerca de que es la Funa.

Además, para este año se proyecta el estreno de un documental acerca de Eugenio Ruiz-Tagle, militante del Mapu (Movimiento de Acción Popular Unitaria), asesinado en Antofagasta. La cinta, a cargo de Francisco Casas, culmina con una funa al general Hernán Gabrielli, ex vicecomandante de la Fuerza Aérea, acusado como torturador de Ruiz-Tagle.

La Funa se perfila como una organización horizontal donde no existen cargos y se aceptan a todas las personas que quieran adherir a la causa de los derechos humanos. Pero Isabel Pemjean, una joven de 21 años que comenzó a participar de las actividades de la funa a los 17, asegura que dentro de esta organización existen grupos que pelean por el poder, hecho que terminó por alejarla definitivamente.

"Siempre había tensiones de poder y eso fue lo que a mí me terminó apestando, por eso me fui y de hecho, por eso yo actualmente no participo en la Funa, no le creo mucho", dijo a CTN. Pemjean asegura que quedó completamente desilusionada y que nunca más volvería a participar en la organización.

Peleas por el poder o una organización sin jerarquías, lo cierto es que la Funa ha reactivado un movimiento que parecía olvidado: la lucha en la calle contra la actitud pasiva de los principales poderes del Estado y contra la indiferencia de la sociedad.

“Mírame a los ojos: tú me torturaste”

Uno de los episodios que ha puesto a prueba las redes de organización de la Funa, fue la acción realizada en el Hospital Barros Luco contra Sergio Muñoz Bontá, dentista y colaborador de la dictadura.

Aquella fue la única ocasión en que la comitiva se encontró con un funado frente a frente, como señaló Oliva: “una compañera lo agarró y le dijo ‘mírame a los ojos: tu me torturaste en Cuatro Álamos’ y el tipo se derrumbó, cayó de rodillas al suelo, se puso a llorar...”

Para los organizadores fue un momento de mucha tensión, que fue superado gracias a la conciencia de los límites al momento de funar, según Oliva: “toda la gente sabia que la cosa no era sacarlo y lincharlo o asesinarlo (...) la gente salió con mucha fuerza, con muchas ganas y no se quebró nada de lo que había dentro de su consulta de dentista, o sea fue súper limpio. De hecho el mismo director del hospital, por intermedio de alguna gente, hizo saber que le había parecido bien”. Sin embargo, hasta hoy Muñoz continúa ejerciendo su profesión en el Hospital Barros Luco.

Otro caso singular es el del periodista de canal 13 Pablo Honorato, quien teme a ser funado. Oliva contó que en cierta ocasión el reportero pidió hablar con el abogado de derechos humanos Eduardo Contreras y le manifestó su temor a ser víctima de una denuncia. Según Oliva: “Honorato está funado igual, ni siquiera lo habíamos puesto en la lista”. Cosas de la Funa.

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Para todos los interesados, la próxima Funa se realizará el sábado 24 de abril. El punto de reunión será la Plaza de Maipú. La hora, 11:20 de la mañana. Los organizadores ruegan puntualidad.

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