Actualidad
Neruda en todas partes
Por
Pamela Ramirez Riquelme
Las distintas celebraciones de los 100 años
del nacimiento del Pablo Neruda que hasta este momento se han realizado
y que continuarán por todo el año, han puesto al poeta
en los ojos, oídos y cabeza de todo el mundo. Lo que no sería
negativo, si no fuera porque tanto homenaje ha tomado ribetes saturantes.
Claro, algunos podrían decir que no tiene nada de malo el
difundir la obra del vate chileno, que es expandir un poco de poesía
nerudiana hacia quienes no la alcanzan o a los que no la conocen.
Pero eso ha quedado de lado ante la sobreexposición que está
sufriendo la figura de Neruda.
Neruda en los diarios, en el metro, su voz nasal recitando algún
poema en televisión. Su vida expuesta y debatida por quienes
lo conocieron o lo han estudiado. ¿Y dónde queda la
poesía?
Las celebraciones no son malas, el reconocimiento a un artista
es valioso, especialmente en vida. Pero Neruda ya falleció
y no necesita tanto homenaje pomposo, lo que más debería
importar es el valor de su obra como un elemento que lo hace trascender.
Las fechas no son más que accesorios para una figura que
está más que instalada en la memoria, no sólo
chilena, sino que a nivel internacional. Lo único que se
conseguirá con las innumerables celebraciones es desgastar
lo que Pablo Neruda representa.
Yo, prefiero quedarme con la poesía. ¿Y usted?
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