Juan
Antonio Labra:
"Cuesta mucho hacer
trascender un material independiente"
Labra confiesa a CTN que no extraña la fama, que su
compromiso con la música es para siempre y resalta su apego
a Jesús.
Por
Cristián Martínez y Mónica Pavón
Los ochentas siguen pegando fuerte. En los últimos
años se ha ido experimentando un nuevo auge de todos aquellos
artistas de pantalones ajustados y botas vaqueras. En Chile tuvimos
varios iconos que aún suenan fuerte, entre ellos, Juan Antonio
Labra.
Apodado “el Michael Jackson chileno” este cantantautor,
productor, arreglador y bailarín tuvo su época de
oro en los ochentas. Publicó cinco álbumes que lo
llevaron a Viña del Mar cinco veces. Ahí ganó
la Gaviota de Plata, el premio al Artista Más Popular y Mejor
Intérprete (1980) y por tres años consecutivos –1988,
1989, 1990- obtuvo la Antorcha de Plata. También conquistó
dos premios APES (1989 y 1991) y participó en el Festival
de Yarnaha, en Japón, donde alcanzó el séptimo
lugar en el año 1983.
Sin embargo, desde su última placa -“Nativo”
(1996)- han transcurrido casi diez años. CTN conversó
con él sobre su alejamiento del ámbito público.
CTN: Ha pasado ya bastante tiempo desde que sacaste tu
último álbum, y sin embargo tu perduras mucho en la
memoria de la gente. De repente uno se junta con los amigos y dice
“Juan Antonio Labra” y la mayoría se sabe dos
o tres canciones y te corea, a diferencia de muchos artistas contemporáneos
que no trascienden. ¿A qué crees que se deba la trascendencia
de tu música?
JAL: Yo creo que por la calidad de las canciones, humildemente hablando.
Creo que tuve la suerte de poder hacer buenas canciones y yo creo
que por eso perduraron. Aparte de eso el apoyo de la radio ha sido
fundamental. Yo creo que la radio en ese sentido es uno de los canales
más importantes para la vigencia de un artista porque lo
mantiene siempre en el subconsciente de la gente. Aunque el artista
no salga en televisión o en la prensa, el hecho de que esté
sonando en la radio lo mantiene vigente y bueno, gracias a eso yo
creo que he seguido trabajando todo este tiempo ininterrumpidamente.
A pesar de que en la parte pública no he estado presente
durante mucho tiempo sí he seguido cantando en vivo y eso
yo creo que se debe - tal como tú dices - a que las canciones
siguen sonando y siguen estando en la mente de las personas.
CTN: Tu último álbum se editó en 1996.
¿Qué has hecho en este tiempo?
JAL: Bueno, hice un par de proyectos independientes, los que en
la parte personal me sirvieron muchísimo para sentir que
estaba haciendo algo, que estaba aportando algo a la música.
Pero en la parte profesional cuesta mucho, desgraciadamente, hacer
trascender un material independiente en un mercado que está
copado por compañías discográficas y es muy
difícil ganarse un espacio siendo independiente. Fue un par
de discos que saqué en forma independiente, fue una buena
experiencia, pero también me enseñaron una lección
de que hay que tratar de editar este material a través de
una compañía, que es la única forma en que
los discos se puedan escuchar en la radio y puedan tener una cierta
trascendencia.
CTN:¿A qué te refieres con "calidad"
cuando defines a las canciones, y qué diferencia hay con
los elementos desechables?
JAL: Yo creo que ahora también hay mucha música de
calidad. Si analizamos, por ejemplo, el área latina, vemos
que hay muchas baladas que tienen mucha calidad. Gente como Pires,
que construye buenas baladas. Pero el mundo yo creo que está
corriendo muy rápido, la gente tiene menos tiempo, no sé
a qué atribuírselo.
CTN: Tú ganaste varios premios APES, estuviste cinco
veces en el Festival de Viña, hiciste numerosas giras, ¿qué
recuerdas con cariño de esa época?
JAL: La preparación de cada espectáculo, que fue responsable
y profesionalmente hecho, con una rutina de trabajo increíble.
Nosotros ensayábamos cinco a seis horas diarias, con un grupo
de bailarines, músicos, asistentes. Era la única forma
en esos años de poder hacer un espectáculo que se
viera compaginado, perfecto y en que todos los elementos funcionaran
como reloj. Por eso creo que esos espectáculos no han sido
superados hasta ahora por artistas nacionales. La puesta en escena
era fundamental.
CTN: ¿Cuál es la diferencia entre la música
de finales de los 80, principio de los 90 y la del 2004, donde se
puede decir que ahora llegan a la radio muchos más grupos
independientes que no necesariamente están afirmados por
sellos importantes?
JAL: Creo que el nivel de consumo de la gente, sobre todo en el
área musical, es más profundo ahora. La gente consume
más rápido, quiere absorber más rápidamente
los productos y es por eso que la vida útil de un artista
o de una canción es tan corta ahora. Si tomamos en cuenta,
por ejemplo, los artistas clásicos como Camilo Sesto, Raphael,
Julio Iglesias, José Luis Rodríguez, son gente que
tuvo la suerte de nacer en un momento en que los artistas tenían
un período más largo de vida en ese sentido.
CTN: Hay un fenómeno fuerte: la música nacional
no tiene la misma acogida que la extranjera. Siempre nos comparamos
con los de afuera...
JAL: Yo creo que no es un referente netamente musical; es de nuestra
idiosincrasia. En el fondo somos una isla que está al fin
del mundo, apartada de todo lo demás y existe un pequeño
complejo en nuestra raza, vemos algo que sobresale y tendemos a
compararlo con algo que pensamos que es más grande. Por eso
está el Pelé chileno, el Maradona chileno, etc. No
le damos importancia a elementos que pueden serlo. El caso de Neruda
y Mistral son gráficos, personajes que ganaron un premio
a nivel mundial y aquí no se les toma el peso. Es una cosa
de complejos y de no creérsela. Nos sentimos en la isla y
distantes de "la papa misma".
“La música es algo divino”
Labra lleva ocho años de matrimonio. Tiene dos hijas de trece
y nueve años. Cuenta a CTN que ellas no tienen ningún
problema con el “ser hija de” y que han crecido inmersas
en un ambiente muy artístico.
CTN: A qué le atribuyes tu salida del espacio público,
a un bajón en el éxito comercial, a la producción
independiente, tal vez al giro personal que le diste a tu vida,
acercándote más a la iglesia...
JAL: Hay dos cosas que aclarar ahí. Con respecto a la salida
del espacio público fue una salida voluntaria, planificada.
Desde el 88 al 92 yo estuve en un primer lugar en Chile, fui al
Festival de Viña, y consideraba que había cumplido
un ciclo importante, ya había tenido muchos discos sonando,
había ganado premios y conseguido todo lo que un artista
puede conseguir en su país. Era el momento de alejarse, de
buscar un nuevo camino, descansar un poco y dejar descansar a la
gente. Yo quise retirarme de la parte pública. Se profundizó
esa ausencia por problemas personales, la partida de un ser querido,
que significó un problema depresivo, y eso aumentó
el tiempo de estar fuera de lo público. Pero no creo que
se deba a los trabajos independientes, eso fue un complemento. Con
respecto a la iglesia, yo soy cristiano, y trato de colaborar con
la iglesia católica, la evangélica, siempre estoy
yendo a iglesias, colaborando con gente que lo necesita, sin insertarme
de lleno en una religión. Se podría decir que estoy
en un período de transición. Creo en Jesús,
que es un maestro, un ser elevado. Toda la doctrina y el legado
que nos dejó creo que es lo más importante que ha
ocurrido en la historia humana.
CTN: ¿Cómo concilias la música tuya,
que es más bien "popular", con la religión?
JAL: La música es una canal de contacto divino. Cuando uno
escucha música y tiene la sensibilidad para sentirla en toda
su expresión, creo que se está poniendo en contacto
con algo supremo, algo que está más arriba de uno:
Dios, bueno, cada uno lo llama como quiera, pero la música
es algo divino, una forma de contactarse, ya sea con las fuerzas
del bien o con las fuerzas del mal.
CTN: ¿No te arrepientes de haber abandonado la vida
pública?
JAL: Para nada. Yo creo que tuve la suerte de vivir las dos caras
de la moneda: persona pública, y ser humano corriente con
hijos, esposa, las cosas cotidianas que me han hecho crecer como
persona y tener una perspectiva más aterrizada de la vida,
más natural.
CTN: ¿Qué proyectos tienes para el futuro?
JAL: Tengo deseos de formar gente tanto a nivel nacional como extranjero,
me han pedido algunas colaboraciones. Componer y producir para otros,
en eso creo que va a derivar mi carrera cuando en un tiempo más
deje de cantar. Se trata de no desligarme de lo que más amo:
la música.
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