El negocio
de las universidades privadas
La mano invisible que mueve
la educación
No hay quien las
controle. Una vez que las universidades privadas consiguen su autonomía
no sólo el estado les contribuye económicamente, sino
que además no interviene en caso de irregularidades académicas.
El último caso afecta a más de 150 alumnos de
la Universidad de las Américas, quienes no podrán
obtener sus títulos profesionales tras los dos años
de formación que ofrece la universidad en un plan de continuación
de estudios.
Por
Lorena Valderrama y Evelyn Campos
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El
valor de la educación chilena |
Señor Consumidor: ¡Ponga atención!
Universidad autónoma de excelente reconocimiento internacional
ofrece títulos de regularización y/o continuidad de
estudios en tan sólo cuatro semestres con requisitos mínimos
de postulación y por las módica suma de 2 millones
981 mil pesos (Malla curricular sujeta a cambios. En caso de reclamo
dirigirse al Servicio Nacional del Consumidor, Sernac).
Esta es la situación actual de la educación
superior privada en Chile. Los estudiantes vistos como meros consumidores
y la educación como un producto más en la parrilla
de bienes y servicios. Se trata de una realidad que transgrede el
artículo 30 dispuesto en la Ley Organica Constitucional de
Enseñanza (LOCE) donde se define a las universidades privadas
como corporaciones de derecho privado, sin fines de lucro.
Las facultades estatales de fiscalización
son mínimas “Se trata a estas instituciones con menos
regulación de las que se emplean para el mercado de las ceras
con las que se limpia el piso, por ejemplo. Porque si la cera sale
mala uno compra otra, pero si es la carrera la que presenta fallas
¿Vas a tener que estudiar otra carrera de nuevo?. Entonces,
no es posible entregar al puro mercado la regulación de este
sector si es que queremos que sea de buena calidad”, explicó
a CTN Carolina Tohá, diputada del Partido Por la Democracia
(PPD) y miembro de la comisión de Educación del parlamento.
La capacidad de control del Estado no es proporcional
con la ayuda económica que éste mismo hace desde 1988
en el sector. A través del Aporte Fiscal Indirecto (AFI)
del año 2003, las arcas de las 29 universidades privadas
recibieron en total 2 mil 885 millones de pesos.
Una vez que estas entidades consiguen su autonomía quedan
en libertad de acción, lo cual les permite modificar planes
de estudios, aranceles, e incluso cerrar carreras.
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Carolina
Tohá, diputada PPD. (lanacion.cl) |
El Ministerio de Educación (Mineduc) nada
puede hacer, pues sólo tiene la atribución de clausurar
una universidad cuando ésta no respeta los estatutos que
la conforman, sin poder intervenir en irregularidades presentadas
en campus, sedes o programas de pregrado específicos.
Caos en las Américas
Cecilia Laurel, publicista titulada de la Universidad Diego Portales,
decidió ampliar sus estudios e ingresar al programa de regularización
de títulos profesionales que ofrece la Universidad de las
Américas desde el año 2002. Se matriculó en
Educación General Básica y asistió durante
todo su embarazo a clases.
En estos momentos ella tendría que terminar
el primer año, de los dos que contempla el plan de estudios.
Sin embargo, forma parte de los más de 150 alumnos que vieron
frustradas sus intenciones, al enterarse de que los requisitos pedidos
por la universidad para la titulación no cumplían
con la exigencia horaria instaurada por el Mineduc.
3.200 son las horas contempladas por el Ministerio
para aprobar este tipo de titulación, e incluyen tanto las
horas de formación académica como las práctico-
laborales con niños dentro de un establecimiento educacional.
No obstante, la institución educativa en
cuestión solamente solicita al futuro alumno, en primera
instancia, un certificado de antigüedad laboral de dos años
como mínimo. Además, en su publicidad define este
plan como una continuidad de estudios para quienes posean títulos
técnicos de nivel medio en educación básica
o parvularia, o de regularización de títulos para
quienes no posean estudios formales.
Pocos trámites que realizar y la oportunidad
de obtener en corto plazo una profesión que permitiera mayor
seguridad laboral, es lo que la Universidad de la Américas,
Sylvan International Universities, aseguraba hasta abril de 2004.
A mediados de ese mes, la primera generación de la sede Talagante
-denominada Talagante 1- no se pudo graduar por falta de requerimientos.
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www.uandes.cl |
Una de las tantas afectadas, quien prefiere mantener
su nombre en reserva, asevera irritada para CTN: “A las personas
que contaban con títulos de liceos comerciales o técnicos
les dijeron que no podían graduarse porque tenían
que contar con mayor número de horas de formación
académica, así que tenían que hacer dos años
más. Siendo que al principio les ofrecieron sacar el titulo
en sólo cuatro semestres.”
La transacción final
Las soluciones provisorias ofrecida por la universidad
varían de acuerdo al caso de cada alumno. A algunos se les
ha ofrecido descuentos de un 50% si es que se mantiene en la carrera
por dos años más; a otros se les ha perdonado deudas
arancelarias. El asunto es que la entidad no ha tratado el tema
como un problema global, y los alumnos no han podido hacerle frente
en bloque por la inexistencia de centros de estudiantes en este
tipo de instituciones educativas de carácter privado.
Entonces, sólo queda la opción de
acudir al Sernac y presentar un reclamo por publicidad engañosa,
incumplimiento de contrato, cláusula abusiva y deficiente
calidad del servicio ofrecido. Es decir la transgresión a
los artículos de la Ley del Consumidor, números 12,
16 y 23, respectivamente.
“Ellos ofrecieron un servicio que no estaban
en condiciones de cumplir. No se puede obtener un título
profesional con esa cantidad de horas académicas y se debe
solucionar el problema de acuerdo a lo que convenga mejor a los
afectados” , comentó a CTN Patricio Peñalosa,
abogado de la dirección metropolitana del Sernac.
Los alumnos de Talagante y Melipilla, a través
del diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI),
Gonzalo Uriarte, además, han solicitado el reembolso del
dinero gastado en matricula y arancel. Petición que sería
resuelta el 17 de mayo.
La condición de producto que tiene la formación
profesional en Chile es evidente y los legisladores lo saben. La
educación no se puede regir sólo por la leyes del
mercado, ni los estudiantes ser considerados como consumidores de
un simple servicio.
Por estas razones, actualmente se debate en el
congreso la ley de acreditación universitaria y la incorporación
en la ley del consumidor de una norma específica que establezca
un periodo de retractación en el proceso de matricula en
una universidad, e impida que la entidad cobre los cheques dejados
en esa instancia.
¿Soluciones parciales para un problema de
fondo como es el repensar la educación chilena? Decídalo
usted y recuerde: el cliente siempre tiene la razón.
Ley de Acreditación
Esta ley que se discute en el senado se encargaría
de acreditar la calidad de las universidades autónomas
de Chile, tomando en consideración la evaluación
de académicos y el desarrollo de investigación.
Tal acreditación es de carácter voluntario,
salvo algunas carreras como Medicina y Pedagogía que
por su alta responsabilidad social exigen mayor fiscalización
y control.
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Sitios Relacionados:
Ministerio de Educación
Universidad de las Américas
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