El nombre de Carla Bruni siempre estuvo asociado
al mundo de las súper modelos más que al de la industria
discográfica. Bueno, eso fue así hasta el año
2002, cuando sorprendió a todos con la edición de
su primer disco “Quelqu’un m’a dit”.
Son doce canciones que se dejan escuchar sin ninguna dificultad,
que sólo fluyen y se dejan querer. Es un álbum acústico
e íntimo, que combina el folk y la chanson française
de un modo exquisito. Y eso no es todo: la mayoría de las
canciones de “Quelqu’un m’a dit” fueron
escritas y compuestas por Bruni, lo que le da aún más
mérito a este disco si pensamos en la cantidad de caras
bonitas (o no tanto) que han osado grabar discos con canciones
que no les pertenecen en absoluto.
A pesar de ser italiana, Carla canta en francés. Y canta
sobre el amor y la vida cotidiana, temas para nada originales
en términos de contenidos, pero que no molestan en absoluto
a la hora de escucharlos plasmados en sus canciones.
Con este disco Carla Bruni se despoja de la imagen quizás
superficial y vacía que transmitía como modelo para
presentarse como una mujer con sentimientos y sensibilidad artística.
Canciones como “Le ciel dans un chambre”, “Quelqu’un
m’a dit” o “Le toi du moi” son grandes
aciertos que componen el otro gran acierto que es el disco entero.
No es muy difícil que, al llegar a los últimos segundos
de la última canción, uno se sienta tentado a volver
a presionar play para escuchar todo otra vez.
“Quelqu’un m’a dit”, Carla Bruni.
BMG.